Naturaleza

La cabra montés, en riesgo de extinción por la sarna

La población al norte de Castelló está diezmada y en un par de años puede desaparecer. Los cazadores exigen medidas a la Generalitat

Un cabra montés afectada por la enfermedad en gran parte de su cuerpo
Un cabra montés afectada por la enfermedad en gran parte de su cuerpoLa RazónCaza

La forma de lira que tienen los cuernos de la cabra montés en el norte de Castellón no es fácil encontrarla en otros puntos del planeta. De ahí que la zona norte de la provincia más septentrional de la Comunitat Valenciana sea uno de los enclaves más apreciados del turismo cinegético, que ha contado con visitantes, si no ilustres, sí destacados, como el propio hijo de Donald Trump.

La lírica de los cuernos y toda la población salvaje de esta especie se puede perder en tan solo unos años si no se pone freno a la devastadora epidemia de sarna que ya ha acabado en algunas zonas con el 90 por ciento de los ejemplares de este hermosísimo animal.

Jesús Cardells forma parte del grupo que trabaja contra la sarna en Europa y es profesor de la Facultad de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera. Tanto él como el grupo de investigadores tienen evidencias científicas que el pienso medicado que utiliza la Generalitat, no sirve: «la ivectina de forma oral no llega a la piel del animal, habría que capturarlos e inyectarles una dosis, que habría que repetir a los quince días». Solo de este modo, se podría salvar al animal, que hoy por hoy se considera que no puede sobrevivir cuando el ácaro de la sarna se ha extendido por más del cincuenta por ciento del cuerpo.

Tirando pienso con este fármaco en el campo, no solo se tira el dinero, sino que se daña el medio, ya que Cardells afirma que el pienso mata escarabajos y puede dañar también a la abejas.

Cardells lidera desde la UCH el único proyecto que hoy por hoy puede poner freno a la sarna en la cabra montés y está basado en varios frentes, por una parte, la captura de las cabras y su medicación; y por otra la creación de reservorios de fauna donde salvaguardar a la población sana y someter a cuarentena a la población enferma mientras recibe el tratamiento. Para ello también sería necesario un capturador automático de 3,5 metros de altura, ya que el que se ha probado hasta ahora de dos metros, lo acaban saltando las cabras. Otra de las medidas podría ser la congelación de óvulos y de semen para preservar la especie, así como avanzar en la investigación farmacológica después de los avances logrados con un compuesto en la zona de los Alpes italianos.

El coste estimado de la aplicación de estas medidas durante un año será de unos 200.000 euros, unos fondos que la Conselleria de Agricultura no parece disponer.

Ejemplar muerto de cabra montés
Ejemplar muerto de cabra montésLa RazónCaza

LA RAZÓN ha intentado recabar la opinión de la jefa de Servicio de Caza y Pesca de la Conselleria de Agricultura, Carmen Gómez, y no ha sido posible pese al requerimiento. Desde el gabinete de comunicación sólo se ha explicado que «la Conselleria cuenta con un protocolo de seguimiento de la sarna que obliga a comunicar la sintomatología compatible con la sarna de los ejemplares abatidos. También cuenta con un programa de reparto de pienso medicalizado para frenar la propagación de la enfermedad y de distribución de kits para la recogida de muestras (...). Hace menos de diez días se aprobó la resolución de puesta en marcha de una brigada de la Conselleria para la distribución de pienso en zonas públicas, principalmente en Els Ports, El Maestrat y l’Alcalaten». Como se ve, la mayoría de las medidas recaen en los cazadores, mientras que el reparto de pienso se ha demostrado inútil, según las fuentes veterinarias consultadas.

De momento, los únicos dispuestos a asumir el coste de salvar la especie son los miembros de Spain Outfitters Association, la asociación que reúne a los profesionales de la caza y cotos. Su presidente, Salva Monforte, explicó a LA RAZÓN que la merma de cabra montés en las zonas que él gestiona es de entre el 80 y el 90 por ciento, y que en unos meses solo quedará el cinco por ciento. Denuncia que la Administración ha tomado medidas escasas: «en los últimos seis años ni se nos ha consultado ni se ha informado de nada, limitándose a reducir los cupos de caza en algunas de las zonas más pobladas como Castell de Cabres, Vallibona, Ortells que actualmente han quedado arrasadas por la sarna». Monforte alerta de que «la situación actual repercute directamente en una gran pérdida de riqueza en los pueblos del interior de Castellón». Respecto al coste del tratamiento, señala que «lo tendremos que asumir los gestores y sociedades de cazadores puesto que no tenemos ni una sola ayuda por parte de la Administración».

Desde la Federación de Caza de la Comunitat Valenciana, su presidente Raúl Esteban señala que «el problema se les ha ido de las manos» en alusión a la Administración y alerta de que en el triángulo Teruel, Tarragona, Castellón, la cabra puede desaparecer. El problema también es muy grave en zonas de Ayora, en Anna o en Chella. Y también en La Ribera. Según apunta, Javier González, del club de cazadores de Antella «además de cabras infectadas en nuestro acotado, hemos visto conejos y zorros con muestras de la enfermedad».

Miguel Muñoz, presidente del Club de Cazadores de Cortes de Pallás, destaca que en su comarca están erradicando la enfermedad desde 2019 «siguiendo el protocolo de actuación establecido por la Conselleria de Agricultura y gracias a la colaboración de agentes medioambientales y del Seprona, los cazadores hemos conseguido controlar la epidemia tras abatir 60 cabras infectadas, evitando así sufrimiento y más contagios».

Las partes están dispuestas a colaborar, y existen conocimientos científicos y farmacológicos para hacer frente a la epidemia como opina Cardells, y mientras la Generalitat se lo piensa, las cabras montés mueren.