Fallas

Valencia, en llamas, despide las Fallas de la covid

Las calles céntricas de la ciudad se llenaron de visitantes a pesar de las limitaciones de aforo impuestas por la pandemia

Los monumentos falleros han comenzado a arder a las ocho de la tarde
Los monumentos falleros han comenzado a arder a las ocho de la tardeAlberto SaizAP

Las Fallas de 2021 ya son historia. Las comisiones comienzan hoy a preparar las de 2022, un ciclo que será extraordinariamente corto. Alrededor de unas 760 monumentos han comenzado a arder a partir de las ocho de la tarde, dos horas antes de lo habitual para cumplir con el toque de queda impuesto en la ciudad desde mediados de julio y que se ha mantenido durante las fiestas josefinas.

Las calles céntricas de Valencia han sido durante todo el fin de semana un hervidero de gente. Visitantes de la Comunitat Valenciana, puesto que no se ha registrado un incremento en las reservas de hoteleras ni tampoco en los trenes AVE, han devuelto al «cap i casal» imágenes desterradas desde que se declaró la pandemia.

Durante estos días ha habido música por las calles, el sonido incesante de petardos, fallas, falleros, churros, chocolate y horchata para refrescar.

Valencia ha ardido esta noche rozando los 30 grados y después de haber vivido una intensa DANA que hizo que algunos pensasen que estas Fallas estaban malditas. En las lágrimas que acompañan a cada Cremá, este año se mezclaban un sinfín de sentimientos. La pena porque estas fallas se acaban, pero también por todo lo vivido, por lo que ha costado llegar hasta aquí.

La fiesta, con sus limitaciones, ha vuelto a llenar la ciudad y los próximos días determinarán si la temida curva de contagios se incrementa después de estas celebraciones, como temen colectivos sanitarios.

Consuelo Llobell y Carla García, las falleras mayores de Valencia, acaban un reinado que tuvieron que interrumpir por la pandemia.

Como al resto de los falleros, las limitaciones sanitarias no han impedido que se celebren los actos más relevantes de la fiesta. Ha habido Plantá- muy accidentada por las fuertes lluvias-, entrega de premios, mascletás y castillos- distribuidas por toda la ciudad y sin anunciar para evitar aglomeraciones, Ofrenda a la Virgen de los Desamparados- en tres actos- y sin público, carpas en las calles- con música pero sin baile- y Cremá, con toque de queda. A cada acto le ha seguido una restricción y el uso de la mascarilla ha sido obligatorio en todos los actos falleros aunque fuesen al aire libre.

A las doce de la noche, será el turno de «La Meditadora» se ha convertido para los valencianos en un símbolo de la pandemia. La cara, que lució mascarilla incluso antes de que fuese obligatorio su uso, se salvó de las llamas y volvió la pasada semana a presidir la plaza del Ayuntamiento como si fuera un «déjà vu».

Su cuerpo ardió en 2020 en mitad de la noche, en solitario, cuando estaba decretado el confinamiento domiciliario. Ayer, lo hizo el resto del monumento en una plaza que quedó cerrada al público como medida de prevención.

El indulto polémico

El acuerdo de la comisión Duque de Gaeta- Pobla de Farnals de retirar la Media Luna y una mezquita tras la petición de la comunidad musulmana ha provocado durante los últimas días de Fallas una polémica acrecentada por las redes sociales.

La comisión entregó ayer a representantes de una asociación pakistaní el ninot de su falla que representa la Media Luna y en la que aparece grabada la palabra Corán, que para los musulmanes es sagrada y por ello, pidieron que no se quemara. La mezquita se quedará en la falla como recuerdo.

El presidente de la comisión, Marcos Soriano, indicó a Efe tras el acto que cuando conoció la inquietud de la comunidad musulmana la entendieron, «para ellos no es fuego purificador, es destrucción».