El Gallinero

Olvidar a Rita es muy sectario

Catalá acierta al pedir la inclusión de la que fue alcaldesa de Valencia «por su compromiso y trabajo con Valencia»

El Gobierno municipal de Valencia ha vuelto a demostrar su tendenciosidad y sectarismo a la hora de elegir la relación de mujeres célebres en la historia del «cap i casal» dejando fuera a la más importante o, al menos, a la tan importante como la que más, a Rita Barberá. Mal que les pese a los regidores de Compromís y PSPV, Rita fue el brazo ejecutor del desarrollo de la ciudad. Tanto, que en su hégira, la transformación capitalina emergió hasta erigirse en envidia de las de su género.

María José Catalá, portavoz municipal del PP, acertó ayer al reclamar la inclusión en la lista: «Rita Barberá rompió un techo de cristal gobernando 24 años Valencia y defendió a la mujer como mejor se puede hacer que es desde el trabajo duro y comprometido con su ciudad».

La vicealcaldesa actual, Sandra Gómez, responsable de la lista no ha podido mostrarse más injusta. No seré yo quien le quite méritos a Carmen Alborch, por personalidad y contribución a Valencia. Pero negar que, como mínimo, Rita se halla sobradamente a su altura, es rechazar la evidencia y la razón. Espero que la decisión no haya provenido de cuando ambas compitieron por la Alcaldía, la victoria fue por mayoría absoluta. Lo mismo podría decir de las otras 29 seleccionadas.

Los socialistas, también Compromís, deben estar carcomidos por la ira, por haber pinchado en hueso cuando no pudieron, por más que rebuscaron, lograr una condena. A Rita Barberá le llegó la muerte sin siquiera estar imputada, que las acusaciones contra ella no pasaban de pretenciosas. Me recuerda a la frase de Napoleón «la envidia es una declaración de inferioridad». Así es la vida.