Amamantando la vida

Mi bebé acaba de nacer, ¿cuándo me subirá la leche?

Este proceso es independiente del tipo de parto que se haya tenido

Posiblemente una de las mayores preocupaciones que se presentan con el nacimiento del bebé, es cuándo se va a producir la subida de la leche, en algunas culturas también llamada «bajada de la leche». Este mecanismo depende de las hormonas y una correcta y frecuente estimulación del pecho. Tras el nacimiento, generalmente entorno a las 48-72 horas del parto, se produce la subida de la leche, independientemente del tipo de parto, ya que la producción láctea está relacionada con la hormona prolactina, la cual aumenta al salir la placenta, por lo que es un mito que en los partos por cesárea esta se ve retrasada, ya que, en todos los partos tras el bebé, sale la placenta.

Así que la subida de la leche, independientemente del tipo de parto, suele darse generalmente entre el segundo y tercer día de vida, pero ello no significa que el bebé no vaya a obtener alimento hasta ese momento, muy al contrario, al principio y antes de que haya leche en cantidad más abundante, el cuerpo genera el preciado calostro, una leche de valor nutritivo e inmunológico incalculable para el bebé.

Un alimento rico en proteínas, con una alta densidad de nutrientes, de modo que, con poco volumen será suficiente para que el diminuto estómago del recién nacido se vea saciado. Un alimento que por su efecto laxante ayudará a eliminar el meconio, reduciendo el riesgo de ictericia, y que tiene un papel fundamental para protegerlo de infecciones. Las madres se preocupan cuando sienten que de su pecho no sale gran cantidad de leche, pero el calostro es poderoso por su calidad, no por su cantidad.

El que este se produzca en pequeñas cantidades, más que un inconveniente es una gran ventaja, ya que, permite al bebé ir aprendiendo a mamar, una habilidad que implica coordinar tres mecanismos a la vez, succión, respiración y tragar, al mismo tiempo, que el pecho no esté duro ni hinchado, es decir lleno de leche, implica una menor dificultad para que el bebé pueda agarrarse correctamente de él.

Un pecho hinchado, tenso e inflamado conlleva que la areola esté más tensa, lo cual dificulta que el bebé pueda abarcarla correctamente con su boca y sólo agarre el pezón, y un mal agarre puede lastimar el pecho, producir dolor y grietas.

A la vez, si el bebé se agarra mal y solo coge el pezón, no obtiene leche suficiente, los conductos de leche no se drenan bien, el pecho no se vacía adecuadamente, lo cual puede producir obstrucciones y mastitis, e incluso la producción de leche puede verse afectada.

El que durante los primeros días con el calostro el pecho esté suave y flexible facilita el agarre del bebé, y que este aprenda a mamar. La transición entre el calostro y la leche madura es mejor que sea gradual y suave, es decir que no cause ninguna molestia a la madre.

Para evitar problemas es recomendable ofrecer con frecuencia el pecho y vigilar que el bebé mame eficazmente y no interferir ofreciendo al recién nacido leche de fórmula con la errónea idea de que al no estar los pechos duros ni hinchados no tienen leche. Tampoco es adecuado interferir en el establecimiento de la lactancia con el chupete.

Este debe de evitarse durante las primeras seis o siete semanas de vida y/o hasta que la lactancia este bien establecida, es decir, que no haya ningún problema de lactancia, ya que su uso pude dificultar la buena evolución de la lactancia, pudiendo ser la causa de una mala succión al pecho o la disminución en el número de tomas, lo cual puede ser contradictorio en los bebés que no ganan peso adecuadamente. Los bebés al pecho no solo comen, también la succión les ayuda a relajarse y esa succión no nutritiva, contribuye a su vez a que se produzca más leche.

Como ves la naturaleza lo prevé todo, para que poco a poco tu cuerpo y el de tu bebé se vayan preparando para este maravilloso acto de amamantar. Es normal y adecuado que durante los primeros días tu bebé se alimente con frecuencia y que las tomas sean largas, los senos no están todavía llenos de leche, y tu bebé necesita aprender a dominar la técnica de la lactancia y tu cuerpo necesita del estímulo de tu bebé para producir la leche que este necesita, por lo que es normal que tengas la sensación de que estas todo el día dando el pecho.

No obstante, si aun con lo dicho sigues preocupada por si estas produciendo leche suficiente, basta con que respondas a las siguientes preguntas: ¿das el pecho a demanda? ¿tu bebé está ganando peso? ¿Moja y mancha suficientemente los pañales?

Una de las reglas de oro de la lactancia es que esta tiene que ser a demanda, es decir sin restricciones, tanto en las tomas diurnas como en las nocturnas, asegurando una frecuencia de entre diez y doce tomas en veinticuatro horas especialmente los primeros días y en especial en aquellos bebés que no han alcanzado el peso del nacimiento y que priorizan dormir a comer.

Ten en cuenta que los primeros días es normal que pierda algo de peso, pero está perdida no debería de superar el 7 por ciento del peso del nacimiento, y debería de recuperar el peso, alrededor de la segunda semana de vida, considerándose adecuado un aumento de unos veinte gramos al día durante las primeras seis semanas.

También un buen indicador de que tu bebé toma leche suficiente, es la cantidad de pañales que moja, los dos tres primeros días, posiblemente orine menos, pero a partir del cuarto, quinto día deberá mojar de seis a más pañales, de orina de color claro, es decir, esta debe ser amarillo claro, no anaranjada, color que indica que está tomando menos leche de la que corresponde, por lo que entonces debes darle con más frecuencia.

Además, un bebé que toma suficiente leche, debe hacer entre dos y cuatro cacas diarias a partir del tercer día de vida, los dos primeros días estas serán negras y pegajosas, para después volverse amarillo mostaza, grumosas o liquidas. A partir de la tercera o cuarta semana el ritmo intestinal del bebé puede verse modificado y pasar varios días sin hacer caca, algo también normal en el bebé alimentado al pecho.

En definitiva, ¿cuándo debe de saltar la alarma?

Cuando la lactancia se establece de forma adecuada, el bebé empieza a recuperar el peso a los cinco o seis días después del parto, si no es así debes de buscar ayuda de profesionales expertos en lactancia materna que puedan ayudarte a resolver posibles problemas sin que los suplementos sean la solución, porque si las mujeres somos capaces de crear en el interior de nuestro cuerpo a un nuevo ser, también está nuestro cuerpo preparado para producir el alimento perfecto para satisfacer las necesidades de este nuevo ser.