En consulta con Enric Valls
Gestión del estrés: ejercicios y claves para manejar el sistema de alerta
Existe un estrés positivo, que nos ayuda a planificarnos y reaccionar pero, ¿qué podemos hacer ante el que nos genera ansiedad y malestar?
Cuando tu productividad empieza a bajar, cuando te llevas el trabajo a casa, cuando hay algo que te ronda por la cabeza y te genera una sensación de malestar… lo llamamos estrés.
El estrés es una respuesta automática física, mental y emocional ante una situación que no controlamos. Se activa, por ejemplo, ante la presencia de muchas tareas, un diagnóstico de enfermedad, al presentar un proyecto ante muchas personas, cuando nos presentamos a un examen vital, algún cambio importante en nuestra vida, etc. La Organización Mundial de la Salud, define el estrés como el conjunto de reacciones físicas y psicológicas que activa el organismo para la acción instantánea, es decir, como un sistema automático de alerta biológico necesario para la supervivencia.
Todas las personas nos sentimos estresadas en algún momento de nuestras vidas. Dicho mecanismo nos sirve para solventar situaciones que se nos escapan y así poder afrontar la adversidad de forma productiva. De hecho, aprender a gestionar el estrés puede ayudar a la persona a llevar una vida más equilibrada y saludable. El estrés positivo nos potencia la capacidad resolutiva ante los problemas o conflictos, nos indica el camino para priorizar tareas y nos orienta en la planificación del tiempo.
El problema es cuando no sabemos manejarlo o cuando el estrés dura más de lo debido en el tiempo, dándose lugar un estrés negativo o complicado. En ese caso, ¿qué podemos hacer? Varias cuestiones:
-Ser conscientes de nuestras limitaciones: “quien quiere abarcarlo todo, no abarca nada”. Hay que limitarse. Debemos de ser realistas y si vemos que no podemos con las labores, parar y si vemos que no vamos a poder por nosotros mismos, pedir ayuda.
-Concentra tu energía en las cosas que sí puede controlar: una de las cuestiones que activa nuestro estrés es el querer controlarlo todo. Hay que aceptar que hay cosas que no podemos controlar, como el tiempo, el tráfico, lo que piensen los demás… céntrate en las cosas que sí que puedes controlar. Tus pensamientos y tus acciones y con ello ahorrarás energía.
-Cultiva la gratitud y el optimismo: El ayudar a los demás y el agradecer hace que cultivemos nuestro mundo interior y por ende que liberemos sustancias naturales que contrarrestan a esa tensión originada por el estrés. Cuando decimos gracias o cuando agradecemos o ponemos el foco en las cosas que sí tenemos o vemos los problemas como oportunidades para aprender y crecer, la mente lo agradece de tal forma que liberamos dopamina, oxitocina, serotononia y endorfinas. Hormonas relacionadas con el bienestar físico y con la felicidad.
¿Cómo lo podemos practicar?
1- Haz ejercicio con frecuencia: mínimo 3 veces a la semana, 20 minutos al día
2- Relajación y meditación: práctica la relajación progresiva, yoga o pilates,
3- Pasa tiempo al aire libre: conecta con la naturaleza, sal a caminar, salta, corre, siente el entorno y respira profundamente.
4- Actividades de ocio y encuentros sociales: intenta hacer cosas que te hagan estar bien, un hobby, una actividad de desconexión, queda con tus amigos y familiares.
5- Duerme bien: 8 horas de descanso y evita estimulantes
Si aun así no puedes, pide ayuda a un profesional para que te oriente y te guie en su situación de vida.
✕
Accede a tu cuenta para comentar