Operación policial

Desmantelan en Valencia y Alicante uno de los mayores laboratorios de éxtasis de España

Por un valor de 105 millones de euros, la droga se iba a comercializar en el mercado nacional e internacional

Desmantelan uno de los macrolaboratorios de producción de éxtasis más grandes de España
Desmantelan uno de los macrolaboratorios de producción de éxtasis más grandes de EspañaPolicía Nacional

Tres meses de intensa en investigación para llegar a desmantelar en Sueca (Valencia) y Altea (Alicante) uno de los mayores laboratorios de producción de éxtasis de España. Una operación en la que la Policía Nacional ha detenido doce personas, de las que cuatro -dos marroquíes y dos holandeses- están en prisión provisional sin fianza. Se trata de los dos cabecillas de la organización así como de los dos químicos, estos últimos de nacionalidad holandesa.

La droga se iba a distribuir en el mercado nacional e internacional y su valor es de 105 millones de euros, tal y como ha informado hoy en rueda de prensa la propia Policía Nacional. Bautizada como “Chamizo”, en la operación se han incautado 1.900 litros de MDMA, éxtasis líquido que para su distribución cristaliza en éxtasis sólido; 1.000 litros de precursores para productor el éxtasis y otros 1.000 litros de residuos químicos. Una mercancía que se intervino en las cinco entradas y registros llevados a cabo en inmuebles de Sueca y Alicante.

A los detenidos se les imputan delitos contra la salud pública, de pertenencia a organización criminal y también contra el medio ambiente, por la contaminación de los residuos generados por la producción del éxtasis y posteriormente vertidos al campo.

En una amplio despliegue de agentes y exhibiendo maquinaría que se usa para fabricar éxtasis -una droga sintética-, la Policía Nacional ha ofrecido una rueda de prensa en la sede de la Fundación Jorge Talavera, que trabaja en un proyecto para rehabilitar a personas con conductas adictivas tóxicas y de comportamiento, y es también la sede del depósito judicial de Alicante.

Para dar los detalles de la operación policial, han comparecido ​​el comisario de Benidorm, Ceferino Serrano, y el responsable de la investigación de esta misma comisaría, Víctor Manuel Galvañ, así como el inspector Juan de Mata Muñoz, de la Brigada Central de Estupefacientes de la Comisaría General de Policía Judicial.

Comisaría de Benidorm

La investigación se inició a finales del año pasado por agentes adscritos al Grupo de Estupefacientes de la comisaría de Policía Nacional en Benidorm, cuando tuvieron conocimiento de la existencia de un entramado criminal, asentado en la zona de levante, que presuntamente se estaba dedicando a la elaboración de drogas sintéticas, cristal, en un laboratorio ubicado en los alrededores del terminado municipal de Sueca para su distribución por toda España.

Tras las averiguaciones de los agentes se pudo obtener la identidad de dos de los miembros del entramado a los que se les pudo realizar diversas vigilancias y seguimientos hasta centrar y ubicar varios inmuebles, entre ellos, una casa de campo situada en las inmediaciones del término municipal de Sueca.

La organización había elegido la ubicación del centro de operaciones de forma estratégica para tratar de pasar inadvertidos, ya que el laboratorio se encontraba en una zona boscosa y montañosa, con caminos de acceso deteriorado y estrechos.

En el transcurso de la investigación los agentes pudieron comprobar un reparto de tareas bien definido entre los distintos miembros del entramado criminal.

Por un lado, uno de los investigados era el que realizaba el traslado del resto de miembros hasta el laboratorio y otro de ellos el que transportaba la droga desde el laboratorio hasta los lugares de almacenaje, “guarderías”, previos a su distribución al comprador final.

Otro de los integrantes de la organización ejercía como vigilante de la droga para evitar ser robados por otras redes criminales, otro de ellos, aprovechando que carecía de antecedentes, cedía su documentación para alquilar los inmuebles utilizados y no alertar a la policía y por último, los responsables o cabecillas quienes dirigían la organización.

Para pasar desapercibidos ante los ojos de la Policía, los integrantes de la organización utilizaban múltiples vehículos de diferentes marcas y colores para evitar la vigilancia policial.