Historia

El mágico paraje situado en la provincia de Valencia elegido por los romanos para levantar un templo a las ninfas

Este enclave fue elegido como un lugar dedicado a la salud y a la fertilidad

Este lugar fue elegido para levantar en época romana un templo de las ninfas
Este lugar fue elegido para levantar en época romana un templo de las ninfasLa Razón

Encontrar un lugar con tanta magia a tan solo veinte minutos de Valencia es solo uno de los atributos que hace de este paraje sea un destino para desconectar a la gran ciudad.

Atesora tanta historia que sorprende que todavía sea un enclave que únicamente se llena de visitantes en fechas señaladas, fundamentalmente, durante las fiestas de Pascua y en el día en el que se celebra su patrón, pero para llegar a explicar por qué tiene una ermita en honor al patrón de la Comunitat Valenciana primero es fundamental remontarse a la época romana.

Sus condiciones naturales no pasaron desapercibidas para los romanos, quienes lo escogieron para dedicar un templo a las ninfas, "las diosas femeninas asociadas a lugares naturales", explican desde Llíria. org. Este templo se dedicaba a la salud y a la fertilidad.

Se levantó en el lugar donde hoy brota el manantial de San Vicente de Llíria. Este serviría para aportar el agua necesaria para el conjunto monumental formado por las Termas de Mura.

"La prueba más fehaciente de la existencia de dicho templo, la aportó el autor y arqueólogo Alexander Laborde, en su libro de viajes por la península a principios del siglo XIX, que daría lugar a su obra Voyage pittoresque et historique de l’Espagne, disponible en versión digital en la Biblioteca Nacional Española".

La prueba de que existió este templo está documentad, pues existe una lápida con inscripción grabada y que se encontró en el siglo XVIII, donde así se confirma. "Quinto Sertorio Euporisto, sertoriano , y su mujer Sertoria Festa, desde los cimientos tal como terminado se ve, a sus expensas hicieron este Templo de las Ninfas en honor a los Edetanos y de sus Patronos", recoge Llíria. org.

En época de Augusto, Llíria fue municipio romano y su importancia fue notable hasta el punto de rivalizar con Valencia y Sagunt.

Según cuenta la leyenda, en el año 1410 hubo una gran sequía y Sant Vicent Ferrer hizo rebrotar milagrosamente el agua de la fuente tras pronunciar las palabras: “Crecerá y escaseará pero para beber nunca faltará”. En agradecimiento la ciudad de Llíria le puso su nombre a dicha fuente natural. Posteriormente se levantó un ermita con el nombre que todavía sigue en pie en honor a Sant Vicent Ferrer. El agua, desde que obró el milagro trasmitido de generación en generación no ha dejado de brotar.