Educación
La UPV nombra doctora honoris causa a Lola Higueras, pionera en la historia marítima
La institución académica celebra su apertura de curso reivindicando sus lazos con China y que la educación es la clave para la paz
La Universitat Politècnica de Valencia (UPV) ha celebrado este mediodía su solemne acto de apertura del curso académico 2025-2026, que ha incluido la investidura como doctora honoris causa de María Dolores Higueras, figura pionera en la historia marítima, la arqueología subacuática y la conservación del patrimonio cultural en España.
El evento, en el que también han sido reconocidos los profesores y profesoras que recientemente han tomado posesión de su Cátedra de Universidad y se han entregado los premios extraordinarios de tesis doctoral de 2025, ha sido presidido por la vicerrectora primera de la UPV, María Salomé Cuesta, ante la ausencia motivada por una pequeña indisposición de salud que recomienda reposo del rector, José E. Capilla.
“Es una de las cosas más hermosas que he tenido la suerte de disfrutar en mi vida profesional”, ha afirmado una Lola Higueras radiante de felicidad. “Para cualquier persona para la que lo académico ha sido importante, es la culminación, no se puede pedir más. Es un orgullo, un honor, y sobre todo, que haya sido aquí en Valencia, porque tengo una admiración extraordinaria por la UPV, por cómo funciona, por este campus extraordinario… estoy feliz y agradecidísima por lo que he recibido aquí”, ha añadido emocionada.
Higueras, que fue la primera buceadora profesional de la Armada Española y ha dedicado más de cinco décadas al estudio, protección y difusión del patrimonio naval, tanto tangible como documental, es licenciada en Historia de América por la Universidad Complutense de Madrid, donde también cursó estudios de doctorado.
Además, ha sido catedrática de Historia del Arte y la Cultura y directora técnica del Museo Naval de Madrid, donde ocupó cargos clave en conservación e investigación desde 1970, y ha participado en proyectos científicos y editoriales emblemáticos como la edición crítica de la Expedición Malaspina 1789–1794 y la dirección de la obra "La vuelta al mundo de Magallanes y Elcano".
Autora de más de 200 publicaciones académicas y de divulgación, su impacto en la cultura oceánica y la historia marítima la ha hecho merecedora de múltiples distinciones, entre ellas la Cruz del Mérito Naval, el Premio PERIPLO a la Investigación y el Premio MADBLUE a la trayectoria científica oceánica.
Figura clave en el impulso de las normas de protección del patrimonio arqueológico subacuático en España, su voz ha sido decisiva en la incorporación de criterios científicos, éticos y sostenibles en la conservación y recuperación del patrimonio sumergido.
En los últimos años, Higueras ha centrado su labor investigadora en la recuperación de la memoria histórica de las mujeres españolas en la América de los siglos inmediatamente posteriores a la llegada de Colón, tema al que ha dedicado su más reciente libro, Despertar del Olvido (2024).
“Con tantos años de trabajo en los archivos”, ha señalado la investigadora madrileña, “te das cuenta de que la mujer es la gran olvidada. Ha estado ahí siempre, siendo un elemento clave en la trama de la vida humana, pero la historia no la reconoce, la historia no habla de ella. Ahora, estamos en un momento en que una línea importante de la investigación está intentando recuperar esa historia, esa visión femenina que nos hace mucha falta porque la mujer es un personaje clave en el desarrollo de las sociedades humanas”.
“Y en la América del siglo XVI y principios del XVII”, ha indicado, “la mujer tiene un papel especialmente trascendente, protagonista. Tenemos encomenderas, mujeres que ponen en pie grandes negocios, gobernadoras, mujeres que combaten en Tenochtitlan y tantas otras grandes batallas. La mujer está presente en todo momento y en todas las facetas de la vida de la gran saga de la presencia española en América”.
A sus 80 años, Lola Higueras ha recibido un reconocimiento que, en palabras de la madrina de su investidura, la doctora María Victoria Vivancos, no solo supone honrar a una personalidad extraordinaria, sino que también afirma la identidad de la UPV “como universidad abierta al mundo, a la ciencia y al legado histórico”.
El cuarto campus UPV, en Hangzhou, el Silicon Valley chino, en marcha
Por su parte, Salomé Cuesta, responsable de sustituir al rector en el evento y leer su discurso, ha puesto en valor la apuesta por la estabilidad de una UPV que ha generado 117 nuevas plazas de PDI -sin incluir promociones-, y 65 de PTGAS, y ha iniciado el curso aprobando un “necesario y ambicioso Plan de Inversiones que promueve actuaciones para el desarrollo de la sede UPV Caramelos en Ciutat Vella -ya en marcha-, la ampliación de nuestra Ciudad Politécnica de la Innovación, las adecuaciones necesarias del edificio Bambú en Alcoi, la ampliación en la Avenida Tarongers que se materializará con la ocupación inminente de nuevos locales UPV, y el inicio -también en marcha- de las obras del edificio de Generación Espontánea, que permitirá disponer de instalaciones y equipamiento a la altura de la creatividad y la energía de los 67 equipos que actualmente suman a más de 5.000 de nuestros estudiantes”.
Asimismo, Cuesta ha destacado los avances “para el desarrollo del proyecto de creación del cuarto campus UPV, que tras Valencia, Gandia y Alcoi, vamos a llevar a cabo en Hangzhou (China), la ciudad popularmente conocida como el Sillicon Valley chino. No en vano, esta misma semana hemos recibido el último de los informes necesarios del Ministerio de Asuntos Exteriores español para seguir adelante con el objetivo de arrancar para el curso 2026-2027”.
La educación, clave para la paz
Por último, la vicerrectora de la UPV se ha referido a los graves conflictos internacionales que actualmente azotan al mundo, reclamando la recuperación de “acciones y discursos colaborativos, basados en la ciencia y la tecnología, y en el dialogo y la responsabilidad social, que nos unan y nos permitan avanzar”.
“Debemos huir del simplismo con que, en muchas ocasiones, se explican problemas y catástrofes. Esto nos aleja de entender y generar los enfoques adecuados para la prevención y la acción necesarias. Incluso, nos enfrenta y nos lleva a negar hechos científicos y hasta cuestiones que son de sentido común. Desde la universidad, debemos escuchar y apoyar a las voces acreditadas, y evitar perdernos en discursos muchas veces guiados por intereses que se alejan del interés general... Yo invito a nuestra comunidad, a nuestro profesorado, a nuestros investigadores e investigadoras, a nuestros técnicos, a que nos aporten luz y racionalidad en muchos temas donde se está perdiendo. Y sé lo difícil y arriesgado que es en un ambiente social cuya polarización, perdida de referentes y desafección no paran de empeorar. Las universidades debemos ser lugares de debate donde se huya de dogmatismos, donde estemos abiertos siempre a la duda, a cuestionarlo todo, y a no tener miedo a defender lo que la ciencia y la tecnología hacen evidente”, ha señalado.
“Quiero recordar el espíritu universitario y nuestra obligación de trabajar en una cultura de paz”, ha concluido, “promoviendo estos valores entre nuestro estudiantado, e irradiándolos a la sociedad. Tenemos en nuestras manos el mayor potencial para cambiar el mundo: la educación de nuestros jóvenes. No lo desaprovechemos”.