El Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) ha presentado este miércoles la muestra dedicada a la artista valenciana Carmen Calvo, que ha sido galardonada con el reconocimiento Julio González 2022, otorgado por la propia institución. El recorrido por las obras expuestas -cuadros, fotografías, postales, esculturas...- abarca desde sus inicios en los años setenta hasta las últimas obras, algunas de ellas creadas expresamente para esta exposición.

Comisariada por Núria Enguita, directora del IVAM, y Joan Ramón Escrivà, la muestra se estructura en torno a la recreación del taller de la artista en la nave central de la Galería I del museo: sus estanterías, los moldes, las formas desechadas, los maniquíes esperando en los estantes... “Es la primera vez que hay una mirada desde fuera del taller a los fantasmas, las vivencias y los sueños presentes en mi creación”, ha dicho Calvo en la presentación.

Ha insistido también en que su trabajo revive las mismas obsesiones una y otra vez: “No os voy a decir cuáles son, porque para eso está el psiquiatra -ha bromeado- pero yo me encierro en el estudio por ellas, y si veis las obras las podéis descubrir”. En la misma línea, Núria Anguita ha explicado que “el trabajo de un artista nunca es lineal. Los temas se repiten una y otra vez, y la evolución es circular”.

La muestra es un collage de objetos, esparcidos con fingida aleatoriedad a lo largo de la sala-taller: muñecos, pelo, espejos, un gran globo terráqueo, libros, fotografías... A través de estos objetos intervenidos, Carmen Calvo muestra el deseo, la violencia ejercida contra los cuerpos de las mujeres y la intensa fugacidad del cuerpo y lo físico desde una mirada extrañada sobre el mundo y un tono a veces inquietante que, según ha contado, ha provocado que le pregunten si su obra es “una película de terror”.

Ha destacado el trabajo realizado por los comisarios de la muestra, que han conseguido “extraer el alma de los objetos” y unirlos en una narración que “forma parte de la memoria, pero no del tiempo pasado”.

Otro de los elementos recurrentes de su obra son los dedos, que aparecen casi siempre cortados y con las uñas pintadas de rojo. Ella misma, en la presentación, llevaba las uñas pintadas del mismo tono que ahora cuelga de las paredes del IVAM.

“Todos mis proyectos surgen de la observación, de mirar desde pequeña las cosas que me rodean”, ha dicho. Joan Ramón Escrivà, comisario de la muestra, ha descrito los collages como “una forma desestabilizada de ver el mundo, estructurada en forma de repetidos choques visuales y de significado”.

Una vida de reconocimientos

La trayectoria de Carmen Calvo (Valencia, 1950) es extensa y está salpicada de premios y reconocimientos, como el Nacional de Artes Plásticas en 2013 o haber sido la representante española en la XLVII Bienal de Venecia junto al poeta Joan Brossa. El Premio Julio González, que premia la contribución de los creadores al desarrollo del arte moderno, lo entregará mañana en el IVAM el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, a las 19:00 horas. Posteriormente, la exposición quedará abierta al público.

En ella destacan las obrasSilencio I y II (Te prometo el infierno), una instalación compuesta por decenas de lápidas blancas sobre las que penden centenares de puñales amenazantes; y la instalación La naturaleza agita, un habitáculo que alberga centenares de dedos de terracota que sobresalen de las paredes, el suelo y el techo.