La segunda muerte de Godard

Más que una actriz, Anna Karina fue el icono pop de los años sesenta. Modelo con Coco Chanel, que inventó su nombre artístico, su primera aparición en el cine fue en un anuncio publicitario de jabón Monsavon que el activista del mayo del 68 Guy Debord incluyó en el cortometraje «Sur le passage de quelques personnes à travers une assez courte unité de temps» (1959). Cuando se escapó a París a los diecisiete años de su Dinamarca natal apenas sabía francés. Fue en el famoso café Aux deux Magots donde le propusieron posar para las revistas «Jours de France» y «Elle».

Inopinadamente, Anna Karina se convirtió gracias a Coco Chanel en una famoso modelo. Rechazó un papel pequeño en el primer largometraje de Jean-Luc Godard «Al final de la escapada» (1959), porque debía desnudarse. Un año después, Godard le pidió que acudiera a su productora para contratarla para el papel principal de «Le petit soldat» (1961), pero en realidad quería ligar con ella. La película fue censurada en Francia durante tres años por filmar escenas de torturas de la guerra de independencia de Argelia. Mientras rodaban «Una mujer es una mujer» (1961), contrajeron matrimonio. Desde entonces Karina se convirtió en el alter ego de Godard en el cine y en la vida. Por este filme ganó el premio de interpretación en el Festival de Berlín.

De la misma manera que Jean-Pierre Léaud fue el actor fetiche de Truffaut desde «Los cuatrocientos golpes», Anna Karina lo fue de Godard hasta su separación en 1967. Sin duda, los años más pop e interesantes del director suizo, en los que rodaron juntos «Vivir su vida» (1962) y «Banda aparte» (1964), una de las más célebres películas de Godard. Su famosa escena del baile del Madison fue homenajeada por Tarantino en «Pulp Fiction» (1990), aunque la secuencia que mejor la refleja es el baile de Batman en el capítulo televisivo «The Batusi» (1966).

A media que el cine de Godard se politizaba y se hacía más antirrealista y abstracto, su matrimonio se iba deshaciendo entre broncas y desencuentros. En apenas dos años, realizó sus más populares películas de la etapa pop: «Pierrot le fou» (1965), «Lemmy contra Alphaville» (1965) y «Made in U.S.A.» (1966), basada en una novela de Donald E. Westlake, en la que utilizaba brillantes colores, silencios, carteles políticos, anuncios callejeros e interiores pop. Tras el divorcio, Anna Karina rodó con Rivette, Visconti, Fassbinder, Bergman y Cukor, pero siempre será recordada como el icono pop de la Nouvelle Vague, una de las imágenes de los años sesenta.