El otro Álvar Núñez: de colono a indígena
Magüi Mira dirige la lectura de Sanchis Sinisterra sobre los «Naufragios» del conquistador
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Si las penurias de Álvar Núñez Cabeza de Vaca fueron muchas, no menos ha pasado José Sanchis Sinisterra para llevar a escena la vida del conquistador español. Basta con citar la fecha en la que el dramaturgo hizo las primeras anotaciones, en 1978, para imaginar el tortuoso camino por el que ha pasado el texto hasta su puesta de largo, por fin, de hoy en el María Guerrero, bajo la dirección de Magüi Mira. Cuenta Sinisterra que en 1992 estuvo cerca de levantar la que llama su «obra maldita» con motivo del quinto centenario de la llegada a América, pero tampoco. Lo que le compraron como «una producción sin límites», recuerda, terminó de nuevo en el cajón. «Mi texto no cuajó y en el año 93 ya nadie volvió a hablar del tema americano, un tema escandalosamente ausente en el teatro español», dice quien sí publicó en 1997 la «Trilogía americana» (Cátedra).
Desde entonces, «Naufragios de Álvar Núñez» había varado por el limbo de las piezas pendientes «hasta que Ernesto Caballero la rescató y Alfredo Sanzol [nuevo director del CDN] no la ha querido tirar por la borda». La obra cuenta las peripecias del colono embarcado en la expedición de Pánfilo de Narváez a La Florida en 1527, un viaje que solo terminaron cuatro de los 600 hombres que empezaron. Entre ellos, Cabeza de Vaca, que contó su historia en «Naufragios»: la de un tipo que tuvo que hacer con todo para salir con vida de ocho años de supervivencia, desnudo y desarmado, en los que fue esclavizado por los indígenas, entre otras vivencias por lo que hoy es Misisipi, Luisiana y Texas. Cogiendo las escrituras de Álvar Núñez, Sanchis Sinisterra comenzó a imaginar un cuento en el que ha ido «disolviendo las fronteras, dice: «El tiempo se ha ido al carajo, no sabes lo que es aquí, allá o un sueño; tampoco dónde empiezan los personajes y terminan los actores; y ese humor fallero, que no puedo controlar, que mezcla la crónica y la ficción. Tenemos que luchar contra el figurativismo y vamos a abrirnos a la poesía, que el dadaísmo fue hace más de 100 años y no se nota».
Testosterona vs. neuronas
Justifica así el autor un montaje que Mira define como «raro» y que se ha centrado en «el otro». En cómo su protagonista (interpretado por Jesús Noguero, dentro de un elenco de 16 en el que también están Pepón Nieto, Clara Sanchis, Karina Garantivá...) sufre la progresiva transformación de hidalgo conquistador a esclavo de los indios, luego buhonero y, finalmente, chamán, artífice de curaciones milagrosas que le valió la veneración de las tribus locales. «El fracaso inicial de la expedición lo vivo como un hombre atrapado entre dos mundos: el que descubre allí, indígena, inocente, cándido; y el del hombre del siglo XXI, vacío de valores», explica Noguero.
Con esto, la directora recuerda que lo suyo «no es un trabajo historicista. Como dice Walter Benjamin: “A la Historia hay que pasarle un cepillo a contrapelo”, y eso es lo que hace aquí Sanchis Sinisterra en esta aventura fracasada por un desequilibrio entre testosterona y neuronas».