«Las cosas extraordinarias»: Infantilizada terapia teatral ★✩✩✩✩

Autor: Duncan Macmillan. Director e intérprete: Pau Roca. Teatro Lara (sala Lola Membrives), Madrid. Hasta el 29 de agosto.

Con grandes alharacas se habían vendido las supuestas virtudes de este monólogo del británico Duncan Macmillan, interpretado y dirigido por Pau Roca, que ha llegado al Teatro Lara después, según nos dicen, de un notable éxito en Barcelona y en algunos lugares fuera de España.

Sinceramente, resulta muy difícil saber dónde reside eso tan «original», «arriesgado», «ingenioso» o «sensible» que Roca asegura en el programa de mano haber encontrado en el texto, porque en verdad se trata de una obrita simplona que, a cualquier espectador mínimamente curtido, le resultará manida hasta el hartazgo y sensiblera hasta el sonrojo. El tema central es el suicidio; pero el tratamiento es tan superficial y está tan lleno de lugares comunes como la propia lista de «cosas extraordinarias» que da título a la función y por la que, supuestamente, merece la pena seguir viviendo. Una lista en la que aparecen, ojo, «el color amarillo», «los vinilos», «pedalear cuesta abajo», «las montañas rusas»... y mil ñoñerías más. Para colmo, la función exige de la continua participación de los espectadores: unos pocos salen a interpretar el personaje que les toque en suerte según las indicaciones del actor (la novia, el padre, etc.) y otros muchos leen desde su sitio, cuando corresponda, alguna de esas cosas extraordinarias de la mencionada lista. La función trata de erigirse en un amable y tierno canto a la vida, pero es tan naíf que más bien parece un intento de terapia de grupo de andar por casa. Al menos Pau Roca se encuentra cómodo y maneja la situación con soltura.