La voz de los marginados llega a Madrid con el fotógrafo Jim Goldberg
Una exposición que recopila los mejores trabajos de la obra de Goldberg sobre los rostros de la marginalidad en las calles de Estados Unidos en los ochenta.
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Jim Goldberg es un fotógrafo estadounidense, conocido por su cruda arte callejera, desde la década de los ochenta se ha dedicado a registrar las realidades más duras de los colectivos marginados en las calles de Estados Unidos. Desde indigentes hasta familias desestructuradas, adicciones y jóvenes incomprendidos.
Goldberg nunca había deseado que su obra se convirtiera en un espectáculo, pero el grito social que provocaba fue objeto de diversos reconocimientos, exposiciones por todo el mundo: Londres, Canadá, Japón, Francia, Reino Unido, entre algunos de los lugares más resaltantes donde sus obras han sido presentadas. Entre los reconocimientos más importantes que obtuvo el fotógrafo se puede mencionar el reconocimiento a su obra por la Universidad de Cambridge (1985), el Premio a la solidaridad por la Dotación Nacional de Arte de los Estados Unidos (1990) y el Premio de la Fundación Alemana de la Fotografía de Börse (2011).
Ahora llega a España de la mano de Vans en un proyecto global que busca recaudar fondos para colaborar con los colectivos marginados a los que Goldberg ha dedicado toda su vida. La marca de ropa ha diseñado una colección de calzado inspirada en la obra de Goldberg buscando mostrar su compromiso con el arte y la cultura Outsider, además con lo que logre recaudar Vans con sus ventas, hará donativos a los albergues de jóvenes sin techo de las ciudades donde Goldberg concentraba su labor.
La exposición que se puede disfrutar hasta el 10 de marzo en horario de tardes -17h a 20:30h- se inspira sobre todo en las obras de Goldberg entre 1985 y 1995, durante estos diez años el fotógrafo se paseó por las calles de Los Ángeles y San Francisco y luego registró todo su trabajo en su libro “criado por lobos”, donde recoge sus fotografías y el registro que llevaba de las personas a las que capturaba con su cámara. Nombres de personas, y, en algunos casos, simplemente descripciones porque no confiaban en revelar sus datos o Goldberg no tenía la oportunidad de hablar con ellos realmente. Golberg se describe a sí mismo como un simple narrador de historias de vida.
Con su trabajo se implicaba tanto en la vida de los incomprendidos y desplazados que los incentivaba a seguir, hablaba mucho con ellos y se metía del todo en su mundo, Goldberg pidió explícitamente que en la exposición no hubiera música, que todo fuera muy respetuoso y realmente visibilizara las realidades ignoradas. Cuenta que las personas en situación de calle, para esa época, podían escuchar poco más que los ruidos de la naturaleza, los de las implacables calles y el constante ruido de las televisiones y radios que buscaban sintonía. Este es el austero sonido con que la exposición te recibe en el “Nigra Studio”.