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«Madre oscura»: La bruja es un vegetal ★★✩✩

«Madre oscura»: La bruja es un vegetal ★★✩✩
«Madre oscura»: La bruja es un vegetal ★★✩✩La RazónLa Razón

Dirección y guión: Brett y Drew T. Pierce. Intérpretes: John Paul Howard, Piper Curda, Jamison Jones, Azie Tesfai. EE.UU, 2019. Duración: 95 minutos. Terror.

La nostalgia nos hace dudar: nunca sabremos qué fue primero, el huevo o la gallina. ¿Qué fue primero, el placer del recuerdo o el placer de su mercantilización? Vuelven los ochenta, por si alguien no se había dado cuenta. La culpa es de «Stranger Things» y, un poco antes, de J.J. Abrams. La serie de los hermanos Duffer retomó con habilidad el sentido de la maravilla (siniestra) del cine de aquella década, apelando a la adicción televisiva de las nuevas generaciones mientras hacía recordar sus viejos tiempos a los padres que pagan la cuota mensual de las plataformas de streaming.

Algo que también intentó una película como «Super 8»: convertir a «Los Goonies» en un objeto fetiche mientras invocaba al fantasma de Stephen King. Con la lección aprendida, los hermanos Pierce intentan algo parecido a «Stranger Things», hasta tal punto que al principio «Madre oscura» tiene el aspecto de un «spin off» apócrifo, o de uno de esos relatos de King escritos con seudónimo que el cine, extrañamente, había pasado por alto.

Con reminiscencias de «La tutora», clásico de culto dirigido por William Friedkin en horas bajas, «Madre oscura» desaprovecha la oportunidad de desarrollar una mitología propia a partir de una leyenda del folclore popular –una criatura hecha de troncos y raíces, que nace de lo más profundo del bosque para devorar niños– precisamente porque escoge al protagonista equivocado, esto es: el adolescente con revolución hormonal que pasa el verano con su padre divorciado y es testigo de la disolución sobrenatural de su familia vecina. Ese punto de vista externo al drama problematiza la verosimilitud del relato, complica innecesariamente sus giros argumentales y produce desvíos erótico-festivos que no tienen mayor función que alcanzar una duración estándar.

Mientras tanto, nunca sabemos cómo actúa realmente esta Madre Oscura, de qué depende que mate o posea a sus víctimas, por qué pasa de cuerpo a cuerpo cuando le interesa (no siempre), de modo que la narrativa de la película se desmonta a cada cambio de plano, intentando crear una complicidad típicamente «teenager» con el público potencial del terror de multisalas cuando intuimos que lo más interesante está en lo que ocurre en el seno de esa familia destrozada por una criatura hambrienta de sangre y fotosíntesis. Es decir, este crítico cree que el filme sería mucho mejor si se tomará más en serio la potencialidad semántica de una diabla que es cara de ver (presupuesto de serie B obliga). Por supuesto, ninguna reflexión sobre lo monstruoso femenino, sobre el fantasma aterrador de la maternidad, sobre la sexualidad botánica, vegetal, de esa invencible Madre Oscura.

Lo mejor

Puede captar la atención tanto de los fans de «Stranger Things» como del Stephen King más «teenager»

Lo peor

Que desaprovecha al monstruo, un comodín que sirve para asustar (poco) y para seducir (menos)