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La historia tras el cuadro de los décimos de lotería

“La Adoración de los Magos”, de El Bosco, es la pintura que ilustra el Sorteo Nacional de 2020, un óleo repleto de misterio e iconografía bíblica
Ricardo RubioEuropa Press

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Miles de españoles ya tienen preparados sus décimos para la Lotería de Navidad 2020. Mañana se celebra, como cada año, en el Teatro Real, el sorteo, por primera vez sin público pero con la posibilidad de seguirlo a través de La 1, a partir de las 09:00 horas. En esta edición, se han emitido 172 series por número, mientras que en 2019 había 170. Por tanto, 172 millones de décimos se reparten en las diferentes casas, todas con diferentes dígitos pero con algo en común: un cuadro de El Bosco.
“La Adoración de los Magos”, también conocida como “Tríptico de la Epifanía”, es la pintura que ilustra este año cada décimo de lotería. Creado por Jheronimus van Aken (El Bosco) hacia 1494, ilustra la llegada de la salvación al mundo, representando a María sosteniendo a Jesús sobre su regazo y los tres Reyes Magos. Todo ello, a través de unos detalles y una caracterización que a cualquier observador puede recordar a las obras de Jan van Eyck.
La obra, que forma parte de la colección permanente del Museo del Prado, es un óleo sobre madera de roble formada por tres tablas. Si bien en los décimos solo se aprecia la parte central, en el panel izquierdo figura el donante de la obra Peter Bronckhorst -identificado gracias a su escudo familiar-, con San José al fondo en una inusual y burlesca escena. En cuanto al derecho, vemos a Santa Inés (de ahí el cordero) con la donante Agnese Bosshuysse.
El pintor holandés no escatimó en maestría a la hora de hacer esta obra, que impresiona aún más, si cabe, cuando el tríptico permanece cerrado. En esa ocasión veríamos al papa Gregorio, arrodillado ante el sarcófago de Cristo.

Misteriosa iconografía

En cuanto a la tabla central, que es la que cada español podrá apreciar en su décimo de lotería, se aprecia la riqueza en detalles que caracteriza la pintura de El Bosco. De nuevo, establece una serie de elementos simbólicos repletos de guiños literarios e iconografía.
Si bien la escena puede parecer simple a una primera vista, solo hay que detenerse un poco más para destapar numerosas curiosidades. En cuanto a los Reyes Magos, en sus ofrendas y vestimentas se incluyen varias escenas del Antiguo Testamento. A los pies de María está Melchor, junto con un conjunto escultórico como ofrenda donde se representa el sacrificio de Isaac, anticipando el episodio que vivirá Jesús en la Cruz. Además, el regalo aplasta a unos sapos, simbolizando la victoria sobre el pecado.
En cuanto a Gaspar, llama la atención la capa metálica que viste, donde se aprecia un pasaje asociado con el de la Epifanía. Por último, Baltasar sostiene un recipiente esférico y va acompañado de una criada, en cuyo ropaje se observa cómo un pez grande engulle a otro más pequeño: de nuevo, El Bosco alude a la Salvación.
Pero el detalle más escalofriante del cuadro se encuentra en la cabaña, donde un grupo de extraños personajes simboliza el Mal. Se aprecia el Anticristo, una mujer con rostro deformado y un tocado propio de los demonios que es común en la obra del holandés.
En definitiva, la pintura escogida este año para protagonizar el sorteo de loterías del Estado es considerada una de las mejores grandes de El Bosco. Gracias a su plenitud creativa y a su compleja iconografía, contemplar esta obra es descubrir constantemente nuevos misterios y curiosidades.