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Libros de la semana: de las cartas de Faulkner que solucionan el tedio amoroso a los mafiosos y racistas que rodearon a Louis Armstrong

Y además, Mark Kurlansky cuenta la historia del papel y cómo ha transformado la sociedad y la transmisión del conocimiento y la francesa Élisabeth Barillé, sirviéndose del trazado de su correspondencia, reconstruye el amor entre Modigliani y Anna Ajmátova
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Louis Armstrong, entre mafiosos, racistas y prostitutas

★★★★★
Por Lluís Fernández
Hay múltiples maneras de adscribir genéricamente el «City Blues Quartet» de Ray Celestine. Unos lo tildan de «neo-noir», cuando no de retrato vívido de la sociedad norteamericana. En ellas se sigue una continuidad temporal que abarca casi todo el siglo XX y que protagonizan una detective negra, Ida Davis, su amigo de infancia Louis Armstrong y una ciudad que va siguiendo la moda del jazz desde su invención en Nueva Orleáns. Tiene, por tanto, cuatro protagonistas, la agente que investiga los crímenes, la carrera de Armstrong, los lugares en los que el jazz fue evolucionando a lo largo del siglo XX: la citada Nueva Orleáns, Chicago, Nueva York y Los Ángeles, y, por último, la Mafia y sus respectivos capos que, además de controlar la droga, la prostitución y la corrupción, dirigen los clubes nocturnos, Hollywood y las casas discográficas.
En «Jazz para el asesino del hacha» era Nueva Orleáns en el momento que Armstrong triunfa con el jazz en 1919 e Ida Davis investiga a ese brutal criminal. En «El blues del hombre muerto» ambos personajes se trasladan a Chicago en 1928, donde Ida ayuda al ex policía Michael Talbot a resolver el asesinato de un gángster mientras Armstrong triunfa junto a Al Capone.
Asombroso recorrido
Y, por fin, en «El lamento del mafioso», los tres personajes tratan de investigar un asesinato múltiple en el Nueva York de posguerra mientras el director del Copacabana busca dos millones de dólares. Los años del hundimiento de las grandes orquestas de swing obligan a Louis Armstrong a renovarse ante el empuje del bebop de Charlie Parker justo cuando el senador McCarthy empapela a los «diez de Hollywood» por actividades anti americanas.
Es evidente que el lector se enfrenta, absolutamente perplejo, a un ambicioso fresco del siglo XX en una renovada novela histórica insólita, que Celestine pone punto final a la serie «City Blues Quartet» que empezó en Los Ángeles en 1967 con «Sunset Swing» (2021). Nada similar se había escrito desde el novelón «Ragtime» de E.L. Doctorow. Su singularidad es que Ray Celestine es inglés y reconstruye desde su despacho de Londres el siglo XX pop con una fidelidad y frescura que emocionan tanto como deslumbran. En «El lamento...» no puede faltar un asombroso recorrido por Nueva York durante la gran nevada del 47, literariamente apabullante, entre guerra de capos, racismo, prostitución y corrupción general. Pocas novelas como ésta consiguen hacerte feliz mientras la lees y desgraciado cuando la terminas.

▲ Lo mejor

El grado de verosimilitud que derrocha este fresco, entre mafiosos despiadados y seres a la deriva

▼ Lo peor

Un final con una cierta voluntad épica que chirría pero acaba enganchando

La pasión de Modigliani que no quemó Stalin

★★★★
Por Sagrario Fernández Prieto
Élisabeth Barillé viajó a Rusia en 1910 buscando las huellas de Lou-Andreas-Salomé y volvió además con información sobre otra mujer fascinante,a Anna Ajmátova. Buceando en sus archivos y leyendo su correspondencia descubrió que el pintor y escultor Amedeo Modigliani le había estado escribiendo durante todo un invierno. Aquellas cartas desaparecieron, seguramente quemadas durante el estalinismo, pero Barillé lee los «Diarios» de Ajmátova y encuentra alguna referencia a sus encuentros en París: «Lo vi contadas veces en 1910». Es bastante, y cuenta además con numerosos datos de la efervescente bohemia parisina de aquella época, suficiente para armar sus conjeturas y recrear una probable historia de amor entre la poeta que no amaba a su marido y el italiano vital y atractivo que afirmó: «La llevo siempre en mis pensamientos, como una obsesión».
Siguiéndolos a ambos aparece la represión estalinista, la vida provinciana de la Italia de principios de siglo y, sobre todo, la bohemia parisina de los años veinte con una abundancia prodigiosa de artistas en todos los campos: es la época de Proust, Nijinsky, Stravisnski, Picasso y Juan Gris, entre otros muchos. La autora recrea diferentes épocas en otros tantos países, de la alegría francesa al terror soviético, acierta con el fondo, bien documentado, y, lo que es más importante, también consigue el tono.

▲ Lo mejor

El recorrido histórico y sentimental por el que seguimos a dos grandes protagonistas del siglo XX

▼ Lo peor

Poco que sea reseñable, ya que reúne muchos personajes interesantes y recrea sus ambientes con amenidad

De la revolución del papel a los no tan modernos emoticonos

★★★★
Por Toni Montesinos
En la página 185 se reproduce la cubierta de «Don Quijote», impresa en Madrid por Juan de la Cuesta en el año 1605, cuyo taller de la calle Atocha es en la actualidad un museo. El editor está acostumbrado a usar mucho papel, habida cuenta de que se encargaba de las obras de Lope de Vega, que escribió unas mil ochocientas obras de teatro, tres poemas didácticos, un millar de sonetos y tres novelas. Desde la invención de la imprenta por parte de Gutenberg, «el mayor problema al que se enfrentaba la industria editorial era la adquisición del papel suficiente para cubrir sus necesidades». Este tipo de anecdotario histórico-literario es uno de los múltiples alicientes de «Papel. Páginas a través de la historia» (traducción de Elena González García). Es uno de los muchos ejemplos que este autor residente en Nueva York y autor de una treintena de obras nos ofrece sobre cómo «los libros impresos con máquinas y papel hecho a mano era una combinación difícil».
Un trabajo que analiza el modo en que el papel devino en una de las tecnologías principales para el ser humano al haber participado en la alfabetización, los medios de comunicación, las religiones, la educación, el comercio o el arte. Asimismo, el autor, inteligentemente, además de exponer cómo ha sido el fundamento sobre el que se han asentado las civilizaciones, realiza un fecundo contraste con la reflexión que puede suscitar una sociedad cada vez más digital y con necesidad de menos papel, por consiguiente.
Celulosa y agua
Pero hasta alcanzar este punto, Kurlansky viaja a la China antigua y al origen del papel, que se hace a partir de fibras de celulosa mezcladas con agua hasta convertirse en un líquido que se recoge en un molde y se deja escurrir, quedando una fina capa de fibras tejidas al azar. El autor cree que si no se hubiera desarrollado esta técnica y el papel no existiese, el hombre hubiera encontrado otra solución mediante otro material, y va más allá al hablar de lo que llama «la falacia tecnológica», esto es, la idea de que la tecnología cambia a la sociedad. Los argumentos al respecto interesarán sin duda al lector, al igual que el hecho de que el lenguaje ha vuelto a los inicios de su desarrollo, cuando surgieron los pictogramas y jeroglíficos, algo que todavía vemos a diario en las señales de tráfico o en el fenómeno de los emoticonos en la comunicación digital, volviendo así a las formas primarias de escritura.

▲ Lo mejor

El tono del libro es realmente ameno y uno puede aprender historia con mucho agrado

▼ Lo peor

Está bien ilustrado y contiene una cronología, de modo que no se echa en falta nada

Las cartas de Faulkner que solucionan el tedio amoroso

★★★★
Por Jesús Ferrer
Jacobo Bergareche (Londres, 1976), productor y guionista de series de ficción, poeta y ensayista, publica ahora «Los días perfectos», una novela con un protagonista inmerso en un intenso balance vital, crónica intimista de un introspectivo proceso psicológico. Un periodista cansado de su profesión y de la rutina conyugal decide aprovechar su asistencia a un congreso en Austin, Texas, para reencontrarse con un antiguo amor. Pero fallarán esas expectativas porque se verá rechazado y entretendrá los tiempos muertos documentándose para un reportaje y consultando por azar las cartas que William Faulkner le escribiera a su amante Meta Carpenter.
Las misivas del norteamerican cobran particular sentido, proyectándose sobre esta historia de desencuentros sentimentales. A partir de esa correspondencia nuestro protagonista reflexionará sobre el fracaso amoroso y los referentes culturales que lo sustentan sin olvidar la tediosa cotidianidad de las relaciones establecidas, al escribir a su esposa que el conjunto de cartas que maneja «dibuja las curvas de una relación paralela que es el refugio donde sobrevivir a ese tedio del matrimonio que tan bien conocemos tú y yo». Incapaces de rehacer ambos los «días perfectos» del pasado, inmersos en una profunda crisis de pareja, acaso esa peripecia faulkneriana, revulsivo moral, les aporte un atisbo de esperanzado futuro. Tenso realismo psicológico en una bien narrada historia de incisiva emotividad.

▲ Lo mejor

El ameno y riguroso tratamiento que ofrece de la contrariada sentimentalidad amorosa

▼ Lo peor

Sin ser una seria objeción, el leve tono discursivo de algunos momentos de la novela

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