Cuando París fue la Meca del cine en español
La Academia de Cine presentó a los proyectos ganadores de la II Edición de las Ayudas a la Investigación Cinematográfica “Luis García Berlanga”
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Según la nota de sabiduría manoseada, sabemos mucho más del espacio que del fondo marino, pese a tenerlo infinitamente más cerca. Algo así ocurre con la historia del cine, de cuyo desarrollo en términos “hollywoodienses” tenemos instalados más resortes teóricos que del patrio. A fin de aportar luz sobre la historiografía del cine español y, de paso, ayudar en términos económicos a unos investigadores para los que apenas hay fondos en lo público, la Academia de Cine comenzó a conceder, el año pasado, las ayudas “Luis García Berlanga”. La experiencia, bien recibida entre los profesionales de nuestra industria, ha encontrado este año una nueva edición y la semana pasada en la sede de la Academia de Madrid se presentaron los tres proyectos ganadores.
Uno de esos proyectos, galardonados todos con 12.000 euros y el seguimiento de la institución más importante de nuestro cine, es el de Felipe Cabrerizo y Santiago Aguilar, “¡Al Hollywood parisino! La producción hispana de Paramount en Europa durante la transición al sonoro”. Detrás del rimbombante título, una premisa tremendamente interesante: investigar el cine en español que se hizo en París justo antes de la proclamación de la II República en España, período fílmico e historiográfico del cual muchos de aquellos actores acabarían formando parte ya en plena gloria del cine con sonido. “Para rodar versiones multilingües de los grandes éxitos del estudio, Paramount trajo a París la tecnología más puntera y por ahí pasan todas las compañías de teatro españolas, que luego van a conformar el gran elenco del cine español de la II República. No solo se genera aquí el “star system”, también se adquiere el conocimiento de cómo se rueda en sonoro y el doblaje se va perfeccionando”, explicó Cabrerizo. Y añadió: “Se rodaba las 24h del día, como si se tratara de una fábrica. Si hay una escena en español por la mañana, por la tarde habrá una en italiano o en rumano. Aspiraban a hacer los clones de las películas en menos de dos semanas. En español se hicieron una veintena, aproximadamente, pero la mayoría están desaparecidas y solo conservamos dos, de Carlos Gardel con Imperio Argentina”.
Además del proyecto de Cabrerizo y Aguilar, otros dos han sido elegidos por la Academia: “Desvestir el cine español. Radiografía de la modernidad a través de la pantalla: estéticas, delirios y otras máscaras”, de Manuela Partearroyo, y la realización del Informe MIA de 2022 (centrado en poner cifras a la desigualdad de género en el sector de la animación). Sobre el primero, Parterroyo explicó: “Se trata de un tributo al ejercicio del figurinismo, porque a veces se entiende como algo secundario o accesorio para el gran público. Quería trasladar hasta qué punto los buenos actores o directores ayudan a entonar la película y su historia. El personaje ya está hablando solo con su vestir, con qué y con cómo”, añadió, antes de citar entre sus referencias para la realización a Goya y su relación con los Carnavales como el inicio de todo.
“Queremos analizar desde una perspectiva de género y cuantitativa la animación española, que es un sector todavía muy masculinizado. Es importante conocer el contexto real para poder cambiarlo”, defendieron las investigadoras Sara Álvarez Sarrat y Mª Susana García Rams, que generarán “una metodología exportable para ayudar a otras investigadoras de otros lugares que quieran hacer estudios específicos de género” gracias a la selección de un comité, el de la Academia, formado por Maite Ruiz de Austri, Concepción Cascajosa, Asier Aranzubia Cob, Eulàlia Iglesias y Mariano Barroso.