Altura de grande de España
Con Teresa Berganza no había problemas a la hora de trabajar ni de tomar algo. Siempre supo estar y pasar de los caprichos de las diva
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No es el día más fácil. No dejo de escuchar los audios de WhatsApp que tengo de ella. Se acaba de ir una grande y uno tiene la suerte de haberla disfrutado y conocido. Eternamente agradecido. Hay resignarse y quedarse con eso... Siempre estará en nuestra memoria hasta que la memoria se extinga con nosotros.
Teresa Berganza se dejó la vida en la música. Logró contagiar su amor por ella a innumerables personas por todo el mundo porque ha sido, y será, un referente insustituible. La gente que la vio actuar se ha emocionado, mucho, con sus actuaciones y eso es lo que queda en este Teatro de la Zarzuela, al que tantas noches de éxito dio y en el que tendrá siempre un palco con su nombre.
La seguiremos escuchando, y más en momentos como estos, en los que programamos Don Gil de Alcalá (un montaje más en el que es referencia por su pasado). Saber que su voz seguirá estando me reconforta. Igual que me reconfortaba hablar con ella y sus largos mensajes en el contestador. Siempre se volcó e interesó en todo lo que ocurría en la Zarzuela y en la música en general. Me decía: “Hay que hacer mucho por la música. Yo porque ya no puedo, que, si no, estaría todo el día cantando”.
Perdemos a una persona muy generosa y a una de las grandes de España que ha contribuido a hacer felices a varias generaciones. Encantadora. Divertida. Universal. Adelantada a su tiempo. Simpática. ¡Hasta me pidió matrimonio!... Era una cachonda. Una mujer de verdad, con esa humildad de las grandes de verdad. Con Teresa no había problemas a la hora de trabajar ni de tomar algo. Siempre supo estar a la altura y pasar de los caprichos de las diva. No todo el mundo está tocado por la varita mágica.