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Notre Dame, la catedral vuelve a su esplendor

Después de cinco años tras un devastador incendio, Macron visita el símbolo de un país que resurge de sus cenizas
A tan solo días de su reapertura oficial al público y cinco años después del devastador incendio, Notre Dame ha abierto sus puertas para dejar ver por primera vez su interior y su nueva imagen tras la restauración. Para este acontecimiento, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha recorrido el interior de la catedral gótica parisina, en la que expertos le han mostrado las novedades introducidas en las diferentes partes de la catedral y cómo ha quedado la restauración.

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El 15 de abril de 2019 es una de esas fechas, como el 11-S o nuestro 23-F, en las que todo el mundo recuerda lo que estaba haciendo cuando una imagen imborrable, en este caso la de Notre Dame en llamas, consternó al mundo. Un sentimiento mundial de impacto y de incredulidad dio paso al alivio colectivo al saber que esquivó la destrucción entre las llamas. Casi 1.000 años de historia estuvieron a punto de sucumbir entre cenizas. Ahora, tras cinco años de una obra titánica sin precedentes mundiales, la icónica catedral prepara una reapertura histórica, y, en este caso, el calificativo no es exagerado. 250 empresas, cientos de artesanos y un coste de casi 700 millones de euros financiado por donaciones por valor de casi 850 millones provenientes de 150 países lo han hecho posible.  
Otra fotografía de la visita oficial a la catedral de Notre Dame
Otra fotografía de la visita oficial a la catedral de Notre DameAP
En un cuidado intento parcelario de república laica, la inauguración del próximo fin de semana se dividirá en dos partes: la del sábado 7 de diciembre, más política presidida por Macron ante decenas de jefes de estado y de gobierno con discurso del presidente francés en el patio de la catedral en la que se resaltará su carácter patrimonial mundial. Y la más religiosa para los primeros fieles que acudan el domingo 8. Las ceremonias en el interior estarán encabezadas por Laurent Ulrich, arzobispo de París. La ausencia del papa Francisco, muy llamativa para algunos, ha sido justificada por el propio Ulrich en los días previos: «cree que tiene más necesidad de estar en otro lugar».
Colores brillantes
Los medios franceses intentan en esta cuenta atrás revelar el máximo de detalles de lo que los fieles y visitantes se van a encontrar al ingresar en la nueva Notre Dame y LA RAZÓN ha podido recopilar muchas de esas novedades con fuentes del ministerio de Cultura, algunas de ellas ya visibles durante la última visita a las obras que el presidente Macron hizo este viernes. Un eje central despejado será lo primero que vean al entrar, con mobiliario litúrgico minimalista en bronce oscuro completamente nuevo, un muro relicario contemporáneo en madera de cedro y vidrio formando una aureola que albergará la corona de espinas de Cristo y sobre todo, una catedral muy luminosa como nunca antes lo fue. Sobre todo porque las paredes de la catedral, ennegrecidas tras las llamas, han recuperado claridad y brillo. Los vitrales se han limpiado y restaurado y ahora muestran intensos colores brillantes al igual que las decoraciones pintadas en las capillas realizadas por Viollet-le-Duc. A todo ello hay que añadir que el templo contará con una nueva señalización, un plan de circulación más adaptado y rediseñado y un sistema de reserva en línea. También se ha instalado un innovador sistema contra incendios. Pero si un elemento va a ser simbólico de la nueva Notre Dame, ése es su aguja restaurada de forma idéntica, tras haberse derrumbado durante el incendio ante los ojos atónitos de ciudadanos de París y telespectadores de todo el planeta. El otro elemento que cobrará un protagonismo en la reapertura será el órgano que ha sido completamente desmontado pieza a pieza, limpiado y restaurado. Un nuevo órgano que podrá escucharse en la ceremonia del próximo sábado. El templo ha recuperado sus ocho campanas, incluida la que presidió el Estadio de Francia durante los Juegos Olímpicos de este pasado verano.
Imagen del interior de la catedral de Notre Dame
Imagen del interior de la catedral de Notre DameAP
La diócesis y el organismo público esperan recibir anualmente entre 14 y 15 millones de visitantes en la nueva catedral. Un aumento respecto a antes del incendio. En 2017 Notre Dame recibió a doce millones. La idea de cobrar a los visitantes, como se hace para la financiación de varias catedrales europeas, fue sondeada por la ministra de Cultura de Macron, Rachida Dati, el pasado mes de octubre creando una notable polémica que fue aparcada días después.

Obra titánica

Mientras tanto, todavía hay algunos andamios en el templo y aunque su reapertura es inminente, algunos retoques se dilatarán durante los próximos meses. En la explanada junto al Sena los turistas han ido observando el avance de esta titánica obra durante estos años que ha ido evolucionando por etapas. La primera etapa de una reconstrucción fue la retirada de toneladas de escombros, interrumpida durante varias semanas a causa de la pandemia y el aseguramiento y descontaminación del edificio se completaron en el verano de 2021, con un coste de 150 millones de euros. Las obras de restauración comenzaron en otoño de ese mismo año en el recinto de la catedral y en varios talleres artísticos: carpinteros, maestros vidrieros o canteros. Uno de los retos mayores fue devolverle a la catedral su aspecto original sin hacer concesiones en cuanto a seguridad. Entre las propuestas para la nueva Notre Dame, algunos arquitectos sugirieron ideas tan atrevidas como un techo de vidrio o incluso una piscina a prueba de incendios en la cima. Sin embargo, finalmente se optó por respetar el diseño original, devolviendo la aguja y la estructura de madera a su gloria medieval.
Un lustro en el que las obras se han ido desarrollando de forma paralela a la investigación. Cinco años después aún hay muchos cabos sueltos sobre el origen del incendio aunque, al mismo tiempo, una multitud de informes técnicos encadenados siempre han ido privilegiando la pista accidental. Ya al término de las pesquisas preliminares, el entonces fiscal de París, Rémy Heitz, apuntaba a esa causa accidental citando en concreto una colilla mal apagada o un fallo eléctrico como las dos hipótesis más probables. Desde entonces, nada parece apoyar la pista criminal. Lo que sí detectaron los investigadores fueron varios fallos en los sistemas de seguridad y de la alarma de la catedral que contribuyeron a retrasar el aviso a los bomberos.
La reapertura de Notre Dame no solo representa la restauración de un monumento icónico, sino también el cumplimiento de la promesa de devolverle a París uno de sus símbolos más célebres. Los retos y dificultades de estos cinco años hacen que esta catedral gótica reabierta sea testigo de la resiliencia y el ingenio de Francia.

La obra filantrópica que reconstruyó Notre-Dame

La factura de casi 700 millones de euros que ha costado reconstruir Notre Dame de sus cenizas ha sido financiada por donaciones que han llegado a Francia desde 150 países distintos. Aquellas impactantes imágenes dispararon una ola de filantropía mundial. En total, se han recaudado casi 850 millones, aunque buena parte proviene de sólo cuatro grandes empresas. La primera fue Artemis, propiedad de la familia Pinault, con una donación de 100 millones. El patriarca de la familia, François Pinault, ocupa el puesto 28 en la lista Forbes de los más ricos del mundo. Sin embargo ha sido las familias Arnault y Bettencourt quienes han hecho las donaciones más cuantiosas, de 200 millones de euros cada una. La familia Arnault es la propietaria de Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH). Por su parte, otra donación de 200 millones fue de L’Oreal, propiedad de la familia Bettencourt. El gran grupo de la cosmética mundial está dirigido por François Bettencourt Meyers, la mujer más rica del planeta según la lista Forbes. La cuarta y última gran donación de tres cifras fue la de la petrolera Total con 100 millones.