El "Asedio" asfixiante de Natalia de Molina: "el mundo es misógino y no está mal reconocerlo"
La actriz se pone en la piel de una antidisturbios en el filme de Miguel Ángel Vivas
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Ecos de leyendas heredadas sobre el poder de las mujeres guerreras africanas se cuelan por las grietas de un cielo preñado de estrellas. Una transición rápida y seca nos traslada a un escenario distinto: en este coche lleno de policías que se dirigen a un desalojo ya no hay noche, ni silencio, ni fábulas, solo rabia y testosterona. A medio camino entre la asfixia suburbial de los inquilinos sin nombres que copan las barriadas a las que nadie quiere entrar, la inconsistencia de una vida a la que no respaldan los papeles ni la ley y la tensión violenta que atraviesa la atmósfera de una profesión compleja, transcurre el nuevo trabajo de Miguel Ángel Vivas, "Asedio". Persecuciones por tramos estrechos de escalera, puertas destrozadas, prejuicios derribados, impulsos racistas y desahucios fallidos inundan este thriller policíaco protagonizado por Natalia de Molina en donde la presencia femenina dentro de una unidad policial tan jerarquizada y predominantemente masculina como la UIP se convierte en la principal baza narrativa para construir una historia llena de malabarismos éticos cuyo ágil y reflexivo guion firma Marta Medina.
"Ponerte en la piel de una antidisturbios es interesante porque sirve para darte cuenta de que detrás de ese uniforme hay personas. Cuando lo ves de cerca es distinto, de repente descubres que hay gente con sus necesidades particulares, con un trabajo que tienen que realizar en el que están sometidos a mucha presión, que se exponen a situaciones límite y viven niveles muy altos de estrés. Básicamente, este papel me ha servido para ver toda esa parte humana. Pero es verdad que, independientemente de eso, es un trabajo que me sigue llamando mucho la atención, dedicarte a ello realmente es duro, debes tener una personalidad concreta para aguantar según qué tipo de cosas", reconoce De Molina en entrevista con LA RAZÓN sobre las particularidades de un oficio en donde el tiempo no es lo único que corre en contra.
“Hemos tenido asesoramiento y durante el rodaje también hubo una formación de ejercicios y prácticas que llevan a cabo en la UIP que es una unidad que hace las pruebas en Linares curiosamente (lugar de procedencia de la actriz) en donde nos explicaban cómo funciona todo. Ten en cuenta que ellos son una unidad muy jerárquica y sólida, porque la que te toca al principio es en la que te quedas ya para siempre. Se crean unos vínculos muy fuertes porque al final son muchas horas y luego ojo, de 365 días al año hay muchos en los que no todo es tan activo ni intenso: muchos días su trabajo consiste en estar “defendiendo” el ayuntamiento o escoltando a alguien. Lo cierto es que hay pocos días en los que el trabajo requiere muchísima acción, pero claro, cuando los tienen, es muy jodido. Ese traje además pesa mucho, se pasa mucho calor, no es nada fácil, hay que tener un aguante bastante heavy y bastante físico”, añade con una risa que encierra el recuerdo de un rodaje exigente.
Cuando Dani, el personaje al que da vida Natalia, presencia algo inmoral por parte de unos compañeros durante un desalojo que se termina complicando más de la cuenta y se queda con un dinero de dudosa procedencia, temáticas conflictivas relacionadas con las corruptelas internas de la unidad y la sombra de los prejuicios raciales, empiezan a aflorar en mitad de una fisicalidad opresiva circunscrita a un edificio convertido en jaula. De Molina, intérprete consolidada y con nervio, caracterizada por un compromiso social que trasciende lo puramente interpretativo, subraya la importancia que adquiere lo femenino en un contexto de acción como este: "El mundo es misógino, no está mal reconocerlo. De hecho, si lo hacemos podremos cambiarlo. Y evidentemente las mujeres que llegan a puestos que están predominantemente masculinizados han tenido que demostrar el cuádruple para poder estar ahí y hacerse un hueco entre sus propios compañeros. ¿Quién no ha sufrido paternalismo? En general, en la vida, pero imagínate ya en el trabajo", afirma antes de añadir: "Por eso me gustó especialmente el hecho de que fuese una mujer la que llevase la acción y la carga importante de la película, ya no solo que forme parte de la UIP, porque hay muy pocas, sino en un género cinematográfico donde por lo general ese peso lo han llevado siempre los hombres: ellos casi siempre son los ‘‘action man’’ de este tipo de tramas. Rodar todos los días 11 y 12 horas, sin parar ni poder bajar nunca la intensidad, ha sido un reto inmenso para mí, al igual que el arco que tiene mi personaje, con tantas contradicciones", asegura.
Unas contradicciones, que orbitan alrededor de las decisiones de la práctica totalidad de los personajes, todos diseñados con surcos, conscientemente alejados de la simplificación, que plantean una interesante reflexión sobre las fallas de un sistema que, lejos de ejercer sus funciones garantistas, rechaza en ocasiones la ética y permite que se haga la trampa que desprotege a los ciudadanos.
"Es evidente que el Sistema no funciona"Natalia de Molina
“Creo que es evidente que el Sistema no funciona y que lleva ya bastante tiempo deshumanizado, ahogándonos. Pasan cosas muy increíbles día a día y aunque no me gusta ser pesimista en general creo que la orden del día es que parece que estamos constantemente yéndonos a la mierda y no sé muy bien qué clase de futuro es ese. Pero lo que sí que creo que es bastante unánime y evidente es que algo no funciona y que hay que cambiarlo. Aquí siempre ha funcionado la picaresca, los listillos. La cosa es, hasta qué límite vamos a tener que llegar para que realmente se produzca una reacción colectiva por parte de la gente, cuánto más vamos a tener que seguir tragando o qué es lo que tiene que pasar para que digamos basta, hasta aquí. Hay que cambiar esto ya no solo por nosotros sino por todos los que vienen detrás. El futuro me parece bastante oscuro y aunque parece que hay que vivir el aquí y el ahora, hay que fijarse también en el mañana”, remata combativa la actriz.