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Natalia de Molina: “He sentido la presión de poner rostro a la violencia de género”

Siete años después de «Techo y comida», Natalia de Molina vuelve a ponerse a las órdenes de Juan Miguel del Castillo en «La maniobra de la tortuga» para hablar de clientelismo y malos tratos
Alberto OrtegaEuropa Press
La Razón
  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

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Han pasado casi siete años, pero Natalia de Molina, que aparece para la entrevista de azul cielo atravesando la nube de calima que envuelve Málaga, no olvida: «Lo que vivimos Juan Miguel del Castillo y yo con “Techo y comida”, con esa Biznaga de Oro y más allá de la relación tan especial que provocó entre ambos, es de esas experiencias que te marcan. No ya como actriz, si no también como persona», confiesa la intérprete sobre un triunfo que, junto a su papel en «Vivir es fácil con los ojos cerrados», la terminó de asentar en el panorama fílmico de nuestro país. Actriz y director se alejan de lo más dramático, sin renunciar a lo social, para adaptar ahora «La maniobra de la tortuga», el éxito literario de Benito Olmo publicado en 2016 que lidiaba con un agente de policía obsesionado con la muerte violenta de su hija.
Con Cádiz y San Fernando como localizaciones de lujo, del Castillo ha fiado el protagonista al francés Fred Tatien, debutante en un rol clave en español: «Ha sido un descubrimiento. Es un actor muy sensible y un modelo de nueva masculinidad. Ha sabido captar perfectamente la esencia del protagonista, un hombre roto al que le ha pasado de todo y, sin embargo, sigue dispuesto a ayudar y hacer lo que él cree correcto», explica De Molina también sobre la trama, que explora el clientelismo político, la corrupción policial y los distintos juegos de poder que llevan a los más pudientes a salirse siempre con la suya, incluso en materia de violencia de género.
Cinco nominaciones al Goya y dos estatuillas después, Natalia de Molina interpreta aquí a una víctima de malos tratos a la que su ex pareja acosa al salir de prisión: «He sentido presión durante todo el proceso de la película porque soy consciente de la responsabilidad que implica. Como mujer, el tema de la violencia de género me duele, no entiendo que siga ocurriendo y me genera mucha rabia. Por eso afronté el papel desde el respeto, desde el poder darle rostro y emoción a esa situación y fui consciente de lo jodido que es intentar no dar una imagen plana de una víctima», explica antes de continuar sobre la preparación de un personaje al que el de Tatien ayuda a salir de su celda mental: «He trabajado desde el miedo. He investigado sobre cómo es capaz de anular por completo a una persona como el peor sentimiento que existe. Y sobre todo, he intentado abordar el miedo en sociedad, el miedo a que no te crean o que se lo tomen a la ligera cuando estás hablando de un asunto de vida o muerte. He preparado esta igual que prepararía una película de terror psicológico, no había otra manera», añade.
Protagonista también de la nueva «Asedio» de Miguel Ángel Vivas, pendiente de estreno y que la ha llevado a descubrir el arte y lo físico del «pole dance», celebra que el cine andaluz pueda levantar producciones tan bien editorializadas en lo narrativo y en lo estético y se congratula por la resiliencia del festival: «Tal y como está evolucionando la industria, estas ocasiones cada vez son más importantes. Sobre todo para recordar que el cine es una experiencia, primero, de pantalla grande». La pelicula se agarra firme a su original literario a la vez que busca su personalidad propia como una deconstrucción detectivesca: Bianquetti se salta las normas solo para darse de bruces con las consecuencias. No hay moraleja ni lección, solo favores, cloacas y la ley del más fuerte. O el más rico.
Cuando “Operación Camarón” fue la comedia del verano, apoyando la cultura europea
Nadie estuvo a salvo. La campaña mediática que protagonizó «Operación Camarón», durante la pasada Eurocopa traspasó lo cinematográfico y entró en el terreno del meme. Una edición después de presentar aquel filme, también en Málaga, De Molina bromea sobre lo que significó para el equipo: «No sé cómo se lo tomó la gente de producción o a un nivel más alto, pero fue bastante divertido. Teníamos un grupo de Whatsapp en el que íbamos comentando cada mención a la película y, claro que sí, disfrutando que la gente al menos conociera nuestro trabajo».