Ceesepe, la Movida en una caja de cerillas
La Casa Encendida acoge la muestra «Vicios modernos», que recoge los trabajos de este creador inconfundible desde 1973 a 1983
La Casa Encendida acoge la muestra «Vicios modernos», que recoge los trabajos de este creador inconfundible desde 1973 a 1983.
Si todos guardásemos las pequeñas y desvencijadas historias que creábamos en nuestra niñez, ¿qué tesoros nos podríamos encontrar al volver a verlas? Si nuestros garabatos y apuntes de una juvenil y descarada imaginación durmiesen en algún cajón esperando a despertar. Ni si quiera el artista gráfico, Carlos Sánchez Perez (1958-2018), más conocido como Ceesepe, podía saber por aquel entonces hasta dónde llegarían sus primeras ilustraciones que, a través un recorrido por nuestra cultura, hoy se resguardan en La Casa Encendida.
Conocido en la actualidad como un símbolo de la contracultura en nuestro país, precoz, tenaz y brillante dibujante de historietas, guardó en silencio cada uno de sus cómics. Incluso, aquellos que, en torno a los 13 años, traspasó a unas libretas que no superan el delicado tamaño de una caja de cerillas. «Ni si quiera sus amigos más íntimos lo sabían, esa fue la mayor sorpresa», cuenta la comisaria de la muestra, Elsa Fernández-Santos. De esta manera, «Vicios modernos. Ceesepe, 1973-1983» se abre ante nosotros con un total de casi 300 piezas, de las cuales, la mayoría son propiedad del Archivo Lafuente, entidad con la que el artista empezó a trabajar en 2016, dos años antes de su fallecimiento. La exposición recoge cómics originales, cuadernos en los que dibujaba en el colegio, revistas que enmarcaron sus primeras publicaciones, juegos, fotografías y la proyección de la película «El día que muera bombita».
El origen de Slober
Así, nos adentramos en un recorrido que nos lleva a conocer sus primeras tiras cómicas, en las que la influencia de la contracultura en Estados Unidos, le impulsó a crear a uno de sus personajes más icónicos, Slober. Se trata de un antihéroe que llegó hasta las páginas de la revista «Star» cuando el artista solo tenía 16 años. Fue su primera publicación, a la que le siguieron muchas otras con la misma técnica de tinta china que, a lo largo de los años, fue perfeccionando de manera autodidacta hasta el primer cuadro que, en palabras de la comisaria, «marca el giro entre el dibujante de cómics y el pintor» en el que se convertiría después.
En su obra de este período se respira un profundo sentimiento de libertad que emana del gran auge contracultural del momento y por el que se convirtió en toda una inspiración de la Movida. A medio camino entre Las Ramblas y El Rastro, Ceesepe caminó con la censura pisándole los talones. Por eso, «es interesante hacer esta exposición ahora, cuarenta años después, para plantear en qué punto nos encontramos de lo políticamente correcto», afirma la directora de La Casa Encendida, Lucía Casani. Entre las blancas paredes de la institución nos encontramos así con una de sus obras que más revuelo ocasionó, «Supermarx».
A lo largo de esa década de intenso trabajo, Ceesepe logró consagrarse como dibujante y llegó a realizar proyectos muy interesantes como los carteles de la película «Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón», de Pedro Almodóvar. Entre sus creaciones más representativas tenemos la historieta «Vicios modernos», que da nombre a la exposición y que se divide en dos partes. La primera, titulada de la misma manera y basada en las fotografías que hizo Alberto García - Alix de su pandilla, aún nos deja entrever al Ceesepe del «underground»; la segunda se llama «Bestias de lujo» y supone, en palabras de Fernández-Santos, «un cambio brutal con respecto a la anterior». Podemos apreciar en ella a un pintor en su universo más personal, que inicia, poco a poco, su relación con el color. Sus ideas se expanden y el cómic se queda pequeño.