Crítica de «Hollyblood»: Te voy a dar un estacazo... ★★★

Claro que Óscar es el hermano de Mario Casas: está cañón, tiene un cuerpazo y comparte con él, además, los mismos desajustes declamatorios que al principio padecía el segundo. Pero todo se aprende en esta vida, hasta hacerte pasar por un vampiro para conseguir a la chica de tus sueños, tan ingenua (ojalá hubiera muchas como ella en España), que lee cuanto cae en sus manos sobre el tema, va, sí, al cine y todavía cree que los chupasangres existen. Ah, y que de lucha personal sabe tela. Javi, que así se llama Óscar en esta divertida y gamberra frikada aunque a veces se desbarajuste un poco, vive con su padre (Jordi Sánchez y su bendita y «recia» vis cómica), que se acaba de separar, y lleva una existencia tan normalita que incluso tiende al aburrimiento. De no ser porque está prendado de Sara, de ahí que haga lo imposible para que se fije en él. Un terrible suceso acaecido en el instituto donde estudian ambos durante los años 80, un friki bloguero y gordito hasta arriba de estacas caseras, una discapacitada con truco y cierto personaje misterioso vestido de negro redondean el argumento de esta cinta que posee buenos golpes de humor (el progenitor de Javi diciéndole que entiende que sea «mariquita» o de la otra acera, una chica que confunde la necrofilia con coleccionar sellos...) y mucho cachondeo encima. Para quinceañeros con adultos sin reparos.