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Estreno

Crítica de 'Drácula': Con los colmillos fuera ★★★

Dirección y guion: Luc Besson según la novela de Bram Stoker. Intérpretes: Caleb Landry Jones, Zoë Bleu Sidel, Christoph Waltz, Matilda De Angelis, David Shields. Música: Danny Elfman. Francia, 2025. Duración: 129 min. Terror.

Crítica de 'Dracula': Con los colmillos fuera ★★★
Crítica de 'Dracula': Con los colmillos fuera ★★★X

El arranque del nuevo delirio que dirige el excesivo, violento, vertiginoso, visualmente en tantas ocasiones desmadrado cineasta francés Luc Besson ya promete: siglo XV, claro, el príncipe Vlad II, al que llamaremos pronto conde Drácula (qué morbo más espeso tiene aquí el actor Caleb Landy Jones, está hecho una fiera), está en plena, repetida y salvaje fornicación con su amada y atractiva esposa para, solamente unos minutos más tarde, partir a luchar contra los otomanos (qué armaduras, qué caballos, qué cruento todo, nieve y sangre; la película huele primero a sexo y, luego, a sudor), quienes matarán, durante el asedio, a la mujer de nuestro protagonista. Que decide entonces renegar de Dios por esa terrible pérdida aunque luchaba en Su nombre, le recuerda a un alto gerifalte de la Iglesia antes de asesinarlo de una manera muy fea, lo que provoca, quizá vía castigo divino (en la novela de Bram Stoker se explica mejor, ya que, tras el asesinato de ella, desesperado, profana una iglesia y bebe sangre de un cáliz), que acabe transformado en un vampiro. Y, repito, ríanse ustedes de los guiños erótico festivos de los filmes protagonizados por Christopher Lee desde finales de los 50 hasta, sobre todo, los que realizó en la década de 1970, con esas jóvenes ligeritas de ropa deseando que el noble les chupara la sangre por donde quisiera.

El de Besson es, definitivamente, el Drácula más sexual y romántico de la historia. Y en esas estamos cuando, ya muy mayor y tropecientos años más tarde, porque ni ganas tiene de beber el líquido rojo humano y envejece por ello, decide vender una de sus propiedades, aparece el chico que le ayudará en la negociación (este personaje es, siempre y de lejos, el más agilipollado de la historia), ve la fotografía de la novia de este y reconoce de manera inmediata a la pareja que perdió. Conclusión inmediata: ir en su busca, esta vez al París de la Belle Époque (estén atentos a la que lía en la corte francesa) y ella se dé cuenta de que, en efecto, es el amor de su vida. De su vida eterna. Sí, aun cuando el filme sea a veces un calco de la película dirigida por Coppola en 1992, Besson le saca al director de «El Padrino» varios puntos de ventaja. Por exagerado, por erótico y desmelenado. Y sigue «Frankenstein» en la cartelera... Menuda pelea sería.

Lo mejor: Es tan exagerada, tan sexual, tan romántica, que seguro gustará a muchos

Lo peor: Por contra, otra buena parte se preguntará por qué ha regresado Drácula de la tumba