Crítica de 'Sus hijos después de ellos': la ley de la calle ★★

Este culebrón con ínfulas épicas, que pretende recoger el testigo de las tragedias juveniles que aúnan la tradición de Ray (“Rebelde sin causa”) con la de Coppola (“Rebeldes”, “La ley de la calle”) pasada por el tamiz del ‘mainstream’ galo, aspira a tocar muchos Grandes Temas, como el determinismo de clase -y sus implacables efectos en el destino amoroso- o la rivalidad interracial.

Sin embargo, y a pesar del pedigrí de su fuente original (una novela ganadora del prestigioso premio Goncourt), el resultado, saturado de padres autoritarios y alcohólicos, chicos de la moto que queman su futuro mientras se pelean con sus enemigos acérrimos, es una montaña de clichés que ni siquiera un actor tan prometedor como Paul Kircher puede salvar del desastre.

Lo mejor: Paul Kircher, que ganó un premio en Venecia, tiene el carisma suficiente para atravesar tanta tierra quemada.

Lo peor: Sus ampulosas ambiciones se consumen entre tópicos y clichés.