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Vivir una segunda juventud

La Razón
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Ayer, desapareció una grande del espectáculo. Yo era una de las pocas personas que estaba al tanto de que había enfermado, me enteré porque me llamó su representante, Paloma Juanes, por la mañana muy temprano y me dijo que ya «había llegado el momento». Pero ciertamente llevaba días esperándolo porque sabía que estaba malita.

La conocí en el teatro, trabajé como ayudante de dirección con ella, después llegó mi etapa con Globomedia y ahí la llamé para trabajar en «Siete vidas» y «El internado». Cuando surgió la oportunidad de la serie lo primero que hice fue plantear el nombre de Amparo porque me parecía una actriz completamente moderna y una grande de la interpretación. Pudimos hacer un reparto con ella, Blanca Portillo, Paz Vega y Javier Cámara, un elenco de los que ya no se ven. Respecto a lo que pasó durante el casting de esta ficción existe una anécdota muy divertida. El papel de Sole en principio estaba pensado para ser un padre pero me gustaba tanto la idea de trabajar el carácter del personaje y la intención de poder contar con ella que les propuse a los guionistas cambiar el padre por una madre, y así lo hicimos. Cambiamos el sexo a propósito. Dije que no tenía ningún actor tan bueno para interpretar el papel masculino pero sí que tenía una mujer muy buena para ser una madre. «No hay un actor mayor con tanta categoría interpretativa como ella», les dije. Fue muy especial porque eso no se hace nunca en una producción. Como anécdota destaca de su interpretación en la serie las famosas collejas de Sole que nacieron en los ensayos. Después, los guionistas lo aprovecharon y quedó como algo mítico, un gesto que todo el país reconocía y reconoce. De hecho mucha gente que se encontraba con ella por la calle le pedía uno de sus singulares golpes en la nuca. A partir de esta ficción fue una mujer que se redescubrió para el público y vivió una madurez dorada en la televisión. Después, para «El internado», resultó muy sencillo pensar en ella, querer contar con Amparo era muy fácil, siempre quieres a los más grandes en tus filas. Estábamos preparando juntos un nuevo proyecto para televisión, pero ya no va a poder ser. Me gustaría destacar su calidad humana, lo fácil que era trabajar con ella y lo gran compañera que fue. Hay un actor que siempre decía: «Hay actrices buenas, buenísimas, geniales y Amparo Baró». Qué razón tenía.