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estreno
Crítica de "Memorias de un caracol": hermoso corazón de plastilina ★★★★★
Dirección y guion: Adam Elliot. Voces originales: Sarah Snook, Eric Bana, Magda Szubanski, Kodi Smit. McPhee. Fotografía: Gerald Thompson. Música: Elena Kats-Chernin. Australia, 2024. Duración: 94 minutos. Animación para adultos.

«Papá decía que la infancia es como estar borracho, todos se acuerdan de lo que hiciste menos tú». Y una segunda, extraordinaria en este caso, película de animación llega hoy a los cines. Advertencia, solo para adultos. Una belleza en plastilina delicada, durísima, emocionante, una obra maestra que narra la historia de dos marginados construida con frases como la de arriba y sobre los tambaleantes cimientos de la soledad absoluta, el abandono, la orfandad, el desamor, las lágrimas. Y la esperanza. El Tim Burton de «Chico Ostra» también llorará cuando la vea, si no lo ha hecho ya.
Australia, años 70. Grace Pudel es una niña extraña obsesionada con los caracoles y que quiere profundamente a su hermano mellizo Gilbert, otro chico distinto y lector ávido, un apasionado del fuego y el vegetarianismo. Acaban de perder a su padre, antiguo artista callejero, se han quedado sin nadie en el mundo y ambos terminan separados (tan dickensiano todo) por los servicios sociales viviendo en las dos puntas opuestas del país.
Él, con una familia de fanáticos religiosos, ella, con una pareja «swinger», o sea, aquello del sexo libre y al mogollón que no le prestan atención apenas. Aunque, finalmente, conocerá a una excéntrica anciana llena de vida llamada Pinky cuya amistad la salva incluso de uno de esos tipos que se conocen como «feeders», que únicamente alcanzan el placer engordando a sus parejas. Pobre Grace, atada, ella también, a una frágil concha.
Lo mejor:
La emoción, sensibilidad y a veces dureza con que está narrada esta historia inolvidable
Lo peor:
Al ser un filme de animación puede haber quien tenga dudas sobre verla, un gran error
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