Estreno
Crítica de "Detective Knight": Bruce Willis, desaparecido en combate ★★✩✩✩
Dirección y guion: Edward Drake. Intérpretes: BruceWillis, Corey Large, Mitchell Baker. USA, 2022, 97 min. Género: Thriller.
“The Green Fog”, la fascinante versión de “Vertigo” que, en clave de virtuoso “found footage”, orquestaron Guy Maddin y Evan Johnson, incluía un hermoso, desconcertante homenaje a la figura de Chuck Norris. Descontextualizando imágenes de sus películas ambientadas en San Francisco, obligándole a callar, apropiándose de la pétrea melancolía de sus primeros planos, descartando sus peleas de macho alfa, el protagonista de “Desaparecido en combate” se convertía, durante cuatro minutos, en un modelo bressoniano, cuya mirada vacía y extrañada dejaba entrever un actor completamente desconocido para el gran público, muy lejos del icono anabolizado del cine de acción de los ochenta. Exceptuando el clímax final, en el que dispara una escopeta recortada como en los viejos tiempos, en “Detective Knight: Redención” -segunda parte de una trilogía que, en los noventa, habría acumulado polvo olvidada en las estanterías de un videoclub- Bruce Willis aparece en silencio, colgado de un teléfono móvil, o recitando frases sin subordinadas, cuatro o cinco palabras a lo sumo, hiladas desde un rostro ajado y perplejo, un secundario en su triste fiesta de despedida. Es fácil percibir los signos de la afasia que le ha retirado del cine. Y, de repente, en esos planos aislados, que lo castigan al rincón de pensar, emerge el Bruce Willis lánguido de “Doce monos” y sus colaboraciones con M. Night Shyamalan, solo que hay algo dolorosamente real en esa lacónica ausencia. Es como si Willis estuviera de luto por John McClane y no supiera cómo expresarlo.
Por lo demás, la película es un tedioso thriller de atracadores disfrazados de Santa Claus, liderados por un verborreico evangelista, que confunde el ideario anarquista con las formas de la extrema derecha. No es difícil reconocer en este villano, auténtico protagonista de la función, a un posible simpatizante de Trump, un agitador social vestido de asaltante del Capitolio, tan descontento con los caprichos del mercado como feliz de sembrar el caos en la América demócrata. Por mucho que haya alcaldías corruptas, policías nobles, motines absurdos y secuestros exprés que quieren hacernos creer que este “Detective Knight” tiene sangre caliente en sus venas, el espectador tendrá que conformarse con escuchar las interminables arengas de este predicador psicópata con la esperanza de que, en el momento menos pensado, Bruce Willis salga de su letargo para cerrarle la boca. Tarda una hora y media en levantarse de su silla.
Lo mejor: Tener la oportunidad de despedirse de Bruce Willis, aunque sea con una mala película.
Lo peor: En otros tiempos habría dormido el sueño de los justos en el más recóndito de los videoclubs.
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