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Estreno

Crítica de "La historia de Souleymane": el ruido que no cesa ★★★★

Dirección: Boris Lokjine. Guion: Boris Lokjine y Delphine Agut. Intérpretes: Abou Sangare, Alpha Oumar Sow, Nina Meurisse, Emmanuel Yovanie. Francia, 2024. Duración: 94 minutos. Drama.

Un fotograma de "La historia de Souleymane" Imdb

Hay una diferencia esencial entre el cine de Ken Loach y el de los Dardenne: en el primero la presión del sistema y el infortunio social, la lucha del individuo por una vida digna en la Europa del malestar, se dan en el orden del discurso, del mensaje, y en los segundos, en el orden de la puesta en escena. Es obvio que “La historia de Souleymane” juega en la liga de los belgas: por mucho que nos resistamos a creer que a un solo hombre le puedan ocurrir tantas desgracias en tan poco tiempo, a los dos minutos de metraje estamos metidos en su carrera contrarreloj, que es una gimcana de peligros y amenazas para ese refugiado sin papeles para el que todo, absolutamente todo, es una batalla perdida.

Véase, si no, el diseño sonoro de la película de Boris Lokjine en todo su primer tramo, la crónica de una jornada de Souleymane como repartidor con cuenta prestada en las calles parisinas. Desde la puesta en escena, desde una cámara que le sigue y le persigue con el cronómetro disparado, oímos la mezcla decibélica de un semáforo que cambia de color, de un charco de lluvia, de las ruedas de una bicicleta al deslizarse sobre el asfalto, del intermitente de un coche y de la sirena lejana de una ambulancia, de un restaurante a rebosar y de un colega que te atosiga, y ese es el sonido de un caos que aplasta a nuestro héroe, que define su estar en el mundo.

Lokjine pone contra las cuerdas del reloj a Souleymane, tensando su vía crucis al marcarle una fecha límite para conseguir el dinero que necesita para comprar sus documentos que le ayuden a legalizar su situación. Después de la frenética carrera de obstáculos con los que se enfrenta el protagonista -interpretado con una intensidad y una contención extraordinarias por el novel Abou Sangare-, Lokjine le coloca en una situación no por estática menos angustiosa. La entrevista que mantiene con una funcionaria entre escéptica y empática está filmada con una notable eficacia, como si, por fin, la película se hubiera despojado del caos para llegar al tuétano de la verdad: es cuando Souleymane se cuenta a sí mismo, cuando alguien se digna a escucharle, que el ruido cesa.

Lo mejor:

Nunca trata a su personaje con condescendencia, es su respeto por él el que organiza la puesta en escena.

Lo peor:

A veces la acumulación de fatalidades amenaza la verosimilitud del relato.