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El fotógrafo que le sacó los colores a Almería

El documental "Azul Siquier"repasa la trayectoria de este creador que retrató la "miseria digna"de La Chanca, el turismo y los paisajes del Cabo de Gata
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Durante décadas, antes de convertirse en un maestro reconocido, Carlos Pérez Siquier fue un empleado de banca que hacía fotografías, solo y exclusivamente en su Almería natal y alderedores. Lejos quedaban de él las vanidades y los tics del artista. Y aun hoy, consagrado y admirado como uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX en España, sigue sin alardear. "Es muy pudoroso con su trabajo. No considera que su obra valga nada. Llega a ser incluso desdeñoso consigo mismo", asegura Felipe Vega, director del documental "Azul Siquier", un acercamiento a las señas de identidad de un artista capaz de jugar con la luz y las formas sin artificios.
"La fotografía es mi forma de ser y estar en el mundo. Desde joven solo han variado los avances técnicos, pero no mi mirada. Eso es lo importante en mis fotos, ya sea una cuestión social, estética o lúdica. La foto habla por mí mismo", defiende al inicio de este filme Pérez Siquier, nacido en Almería en 1930 y que en los años 50 empezó a fotografiar el humilde, miserable, barrio de La Chanca, "un lugar que siempre ha vivido de espaldas a Almería y Almería de espaldas a ellos", señala Vega. Aunque por las características del sujeto, su fotografía pudiera parecer social, Siquier aborda su incursión durante 12 años en este entorno más con mirada de antropólogo. Las gentes, las casas sobre todo, esa arquitectura anárquica de edificios bajos encalados y rematados de azul, ocre, rojo tenue...
Años después apareció por La Chanca Juan Goytisolo, que escribió en 1962 un libro demoledor sobre la miseria del barrio que estuvo censurado. "Y no hay nada en este espacio sino fuego y líneas de color extremado", escribió el autor sin conocer entonces la fotografía de Pérez Siquier. Tiempo después se encontrarían en alguna ocasión. Para el fotógrafo, lo importante era la "dignidad dentro de la miseria"de los habitantes de esta zona, que lo llamaban “el americano”, por ir siempre cámara en ristre, y entre quienes intentaba mimetizarse para captar una realidad nada trucada. El resto está en su "mirada mediterránea", que no es, asegura, "barroca y valenciana, sino simplificada y sencilla".
Formas de Almería que derivarían del retrato social a otros géneros y del blanco y negro al color. La serie de "La playa"y los paisajes del Cabo de Gata propiciarían a Pérez Siquier nuevos horizontes creativos sin renunciar a su manera artística. "Sol, luz, arena. Sus fotografías atentan contra los principios básicos. Son salvajes, luminosas y cegadoras, donde resulta imposible esconder los errores", narra Vega. Bañistas, turistas, puertos pesqueros captados a medio día, con iluminación natural, renunciando al artificio, pero a la vez exhibiendo una sencillez nada fácil, un espectacular dominio de la técnica. El descubrimiento del color lleva a Siquier a terrenos del pop, explica Vega, para quien el tiempo ha demostrado la modernidad de un autor que nunca quiso salir de su tierra, que centró toda su carrera en Almería