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«El viejo guitarrista» tenía otro Picasso debajo

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  • La Razón es un diario español de información general y de tirada nacional fundado en 1998

  • M.Moleón

    Marta Moleón

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Cuando el enigmático poeta y artista Carlos Casagemas introduce el 17 de febrero de 1901 una bala en su cabeza con tan solo veinte años como consecuencia de una negativa matrimonial previa mal digerida y un intento fallido de asesinato a su amante, Picasso empieza a pensar en azul. El inesperado suicidio de uno de sus mejores amigos precipita la entrada del pintor malagueño en el sumidero de la depresión y la creatividad dando origen a una de las etapas más representativas, emocionales y simbólicas de toda su obra.
«El viejo guitarrista» forma parte del legado pictórico de esta fase y representa el epicentro de una duda que durante años ha estado sin respuesta y que ahora parece haberla encontrado. ¿Existe debajo de la apesadumbrada cabeza del guitarrista ciego el rostro de una mujer? Los investigadores Anthony Bourached y George Cann del University Collage de Londres han utilizado una técnica de visión artificial para recuperar la teoría que ya manejaron en 1998 los conservadores del Instituto de Arte de Chicago, quienes a través de una fotografía con rayos X vislumbraron la existencia de una señora sujetándose el brazo izquierdo.
Transferencia de estilo neuronal es el nombre que recibe esta práctica de los londinenses que ha permitido reconstruir el boceto de la mujer escondida del cuadro y corroborar la existencia de la figura femenina en el lienzo primigenio. Ambos reconocen que su método de combinar obras de arte originales pero ocultas «ayuda a ampliar la comprensión del proceso creativo de un artista». A través de un análisis de la imagen a diferentes escalas es posible observar detalles que resultarían completamente imperceptibles para los ojos del espectador medio. Es de sobra conocido que, muchos artistas tienden a pintar sobre trabajos anteriores durante períodos densos de abatimiento, y si algo queda demostrado con esta nueva intervención es que la tristeza del cubista tenía forma de mujer.