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Entrevista

Enrique Arnaldo, magistrado del TC: "Los jueces tienen poco tiempo para florituras literarias"

El jurista, autor de "El deporte en la literatura", cree que el desdén de los intelectuales hacia la actividad deportiva "hoy día ha desaparecido"

Entrevista con Enrique Arnaldo, magistrado del Tribunal Constitucional que presenta su obra “El deporte en la literatura”, un ensayo erudito y apasionado que recorre más de veinte siglos de historia cultural a través de las huellas que el deporte ha dejado en los textos de grandes escritores. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 02 10 2025.
Entrevista con Enrique Arnaldo, magistrado del Tribunal Constitucional que presenta su obra “El deporte en la Alberto R. RoldánFotógrafos

Arañando tiempo al fragor cotidiano de sentencias y votos particulares, el magistrado del Tribunal Constitucional (TC) Enrique Arnaldo ha ido cincelando durante cinco años «El deporte en la literatura» (Espasa), un ambicioso ensayo que sumerge al lector en la mirada secular del mundo de las letras hacia la actividad deportiva. El jurista, que hace solo unos días ha presentado el libro de la mano de Jorge Valdano y Santiago Segurola, asegura aceptar con deportividad sus «derrotas» en el tribunal –fue uno de los jueces del TC que defendió la inconstitucionalidad de la Ley de Amnistía–. «Todos preferimos ganar, pero cuando no lo consigues lo lógico es aceptar la derrota y no culpar al adversario».

¿Qué fue antes, la pasión por el deporte o por la literatura?

Creo que la pasión por el deporte es más juvenil y la literatura viene después. Todos hemos jugado al fútbol en el recreo, incluso al final de la clase o en mi caso en La Chopera los fines de semana. Luego vas creciendo, y vas ampliando tu círculo de deportes y en mi caso empecé a jugar al baloncesto. Luego estuve muchos años vinculado al derecho deportivo, en comités de la Federación Española de Fútbol, en el Comité de Competición, en el de Apelación, y presidí el Tribunal Administrativo del Deporte. Eso me permitió ver el deporte no solo como practicante, sino también como especialista en derecho deportivo y escribí varios libros.

¿Cómo nace este ensayo?

En pandemia, con más tiempo para leer, me di cuenta de que la literatura trataba muy frecuentemente los temas deportivos y desde distintos puntos de vista y empecé a tomar notas. Al final un soporte que me permitía escribir un artículo, pero en lugar de hacerlo seguí acumulando lecturas y fichas hasta que construí esta historia.

Símbolos nacionales

Los pitos al himno nacional duelen muchísimo

El deporte también forja la identidad nacional. ¿Duelen los pitos al himno nacional?

Duelen muchísimo porque los países se identifican hacia fuera a través de los símbolos. Nuestros símbolos forman parte de nuestro título preliminar. Es verdad que el himno no está formalmente en la Constitución, pero es una de las formas en que se nos conoce. Decían los clásicos que el sentido de pertenencia a una nación es lo que debemos llamar patria, que es una palabra que se emplea ya desde la Baja Edad Media y que algunos han desvirtuado.

Hay que tomarse la vida con deportividad. ¿Las sentencias del Tribunal Constitucional de las que se discrepa también?

La deportividad supone saber ganar y saber perder. Es verdad que todos preferimos ganar, incluso a las chapas, pero cuando no lo consigues lo lógico es aceptar la derrota con deportividad, y no culpar al adversario sino a tu propia incapacidad para convencer a la mayoría. Cuando pierdo una votación en el tribunal no me enfado, simplemente acepto que existe una mayoría que tiene un pensamiento distinto del mío y que algún día me gustaría que fuera distinto.

Revés en el TC

La derrota con la amnistía me dolió bastante. Fue una decepción grande"

El boxeo es quizás el deporte más literario. Liebling, en «La dulce ciencia», afirma que un púgil, al igual que un escritor, «debe defenderse por sí mismo». ¿También un jurista?

Sí, ciertamente lo que uno mismo no sea capaz de defender no puede ponerlo en manos de otro. Ahora bien, en el Derecho tenemos una ventaja, que son los libros, que nos permiten aprender. Podemos utilizar los argumentos de otros y la jurisprudencia. El púgil es un ser solitario y nosotros nos alimentamos de la mejor doctrina.

¿El desdén de los intelectuales hacia el deporte persiste?

Javier Marías cuenta cómo algunas personas de la intelectualidad durante el régimen anterior iban al estadio de Chamartín pero lo ocultaban e intentaban que no les reconocieran, porque admitir que te gustaba el fútbol era un signo de debilidad intelectual. Quizá la fase más célebre es la que pronuncia Albert Camus, que fue portero en su juventud en Argelia, cuando dice que lo que ha aprendido sobre el comportamiento adecuado de las personas, sobre la ética, lo ha aprendido a través del fútbol. Sí es cierto que algunos intelectuales eran remisos a reconocer la importancia del deporte y otros eran claramente contrarios, como Jorge Luis Borges, que se negó a seguir el Mundial que ganó Argentina en Buenos Aires. Pero creo que hoy en día todo eso ha desaparecido. El mens sana y corpore sano está aceptado universalmente.

Entrevista con Enrique Arnaldo, magistrado del Tribunal Constitucional que presenta su obra “El deporte en la
Entrevista con Enrique Arnaldo, magistrado del Tribunal Constitucional que presenta su obra “El deporte en la Alberto R. RoldánFotógrafos

Lo que pasa en el campo se queda en el campo. ¿Lo que pasa en los Plenos del TC también?

Es cierto que los gestos antideportivos se quedan en el campo. Recuerdo que estando en el Comité de Competición hubo un gesto radicalmente antideportivo, un escupitajo, que no se reflejó en el acta ni fue denunciado. Y una persona por la que tengo un gran aprecio me dijo que era una situación excepcional y que los comités deberían haber actuado de oficio. Por lo tanto, esa regla puede tener una excepción. Trasladándonos al campo del tribunal, las deliberaciones quedan dentro del Pleno, salvo que uno discrepe, en cuyo caso el voto particular te permite expresar las razones que de otro modo no podrías hacer públicas. Es decir, que también tiene su excepción.

Usted piensa que la Ley de Amnistía es inconstitucional, pero la mayoría del TC decidió lo contrario. ¿Eso duele más que una derrota de su Real Madrid?

A mí esa derrota sí me dolió bastante porque los juristas que provenimos del Derecho Constitucional tenemos una sensibilidad más acusada, un conocimiento más completo. Y cuando entiendes que hay una confrontación tan flagrante entre una ley y la Constitución es más doloroso que en otras cuestiones que son por ejemplo competenciales o tienen un alcance menor. Fue una decepción grande. Cuando pierde tu equipo te lo tomas con deportividad porque, como dice mi mujer, quien ha perdido es el equipo, no tú.

"Caso Negreira"

Perder la confianza en el árbitro es perder la confianza en el equilibrio

Manuel Vilas, en su novela «Ordesa», dice que España sería un agujero negro sin el Real Madrid y el FC Barcelona. ¿ Y sin el Tribunal Constitucional?

Es cierto que el Barcelona y el Real Madrid concentran el 60% de la polarización deportiva española, igual que Boca y River en Argentina o Nacional y Peñarol en Uruguay. ¿Es defendible la Constitución sin el tribunal? Creo que una de las decisiones en las que hubo mayor grado de consenso fue la de su creación. Porque se quería que fuese una Constitución real y efectiva y no puramente nominal como otras de nuestro pasado decimonónico. Otra cosa es que el tribunal pueda ser concebido sin la configuración actual, por ejemplo.

El deporte también llega a los tribunales. ¿El «caso Negreira» debilita la confianza en la neutralidad arbitral?

Perder la confianza en el árbitro es perder la confianza en el equilibrio. Una de las novelas de Vargas Llosa habla de un joven que en el colegio en lugar de pedir jugar de delantero o defensa, pedía ser árbitro. El árbitro se caracteriza, como el juez, por la independencia y por la imparcialidad: interpreta y aplica las reglas al caso concreto. Por eso, cuando el árbitro tiene una decisión tomada de antemano, al igual que un juez, quiebra la confianza en la deportividad, en el fair play.

¿Escriben bien los jueces españoles?

Están sometidos a una gran presión de productividad, de dar respuesta a muchos pleitos y procedimientos, porque nuestra sociedad es tremendamente litigiosa. Pero hay jueces que han escrito extraordinariamente. Voy a citar dos. Uno era Javier Delgado, que fue presidente del Tribunal Supremo, que hacía fácil el Derecho y entendió que el juez debe ser claro en sus expresiones. Y otro, Rafael Mendizábal, que incluso se permitía alguna ironía y que en una sentencia citó la película «Cabaret», porque era muy aficionado al cine. Los jueces tienen poco tiempo para florituras literarias en las sentencias. A mí sí me gusta escribir en la medida en que puedo con algunas referencias que no sean solamente jurídicas que permitan una comprensión más allá de la técnica jurídica.

Deportistas escritores

El deportista que mejor ha escrito en España ha sido Jorge Valdano

Murakami considera que ser corredor le hizo mejor escritor. ¿Qué deporte le ayuda en su labor como magistrado del TC?

El que más ayuda a una edad determinada es el golf. Es un deporte extraordinariamente difícil, que exige una concentración permanente en cada movimiento y un gran sentido del ridículo, porque es muy fácil equivocarse, pero al mismo tiempo cuando el golpe sale bien el disfrute es absoluto. Te permite conocer tus propios defectos e intentar superarlos.

La Constitución está a punto de cumplir 50 años. ¿Debería celebrarse como un campeonato del mundo por lo que significa?

Las bodas de oro muy pocos matrimonios las superan y creo que debería ser una gran celebración en toda España. Y una celebración también con algún partido de la selección nacional el 6 de octubre, el día del referéndum, una propuesta que podemos hacer a la Federación Española de Fútbol.

¿Quién es el deportista español más literario?

El deportista que mejor ha escrito en España ha sido Jorge Valdano. Pero probablemente la mejor obra literaria escrita indirectamente por un deportista son las memorias de Andre Agassi. Y como perfil literario citaría a dos personas: la gimnasta rumana Nadia Comaneci y el atleta checo Emil Zátopek, que llegó por casualidad al fondismo y acabó trabajando de basurero tras distanciarse del comunismo.