Extremadura, conocida por su rica historia y su impresionante patrimonio cultural, también destaca por ser un ejemplo de diversidad lingüística en España. Aunque a menudo se piensa en comunidades como Cataluña, Galicia o el País Vasco al hablar de regiones con varias lenguas, Extremadura sorprende al albergar hasta cuatro lenguas vivas: el español, el portugués rayano, el extremeño y el fala.

1. El español

Como en el resto de España, el español es la lengua oficial y mayoritaria en Extremadura, utilizada en la educación, los medios de comunicación y la vida cotidiana. Sin embargo, la riqueza lingüística de la región va mucho más allá.

2. El portugués rayano

En las zonas fronterizas con Portugal, especialmente en localidades como Valencia de Alcántara y Olivenza, el portugués se ha mantenido vivo entre generaciones. Aunque el contacto con España ha influido en el vocabulario, estas variedades conservan características únicas que reflejan siglos de convivencia en la "raya", la frontera hispano-lusa.

3. El extremeño 

El extremeño, también conocido como "castúo", es una lengua de raíz romance que forma parte del asturleonés. Se habla sobre todo en el norte de Extremadura, en zonas como Las Hurdes y el Valle del Ambroz. Aunque su uso ha disminuido, los esfuerzos por preservar esta lengua minoritaria han crecido en los últimos años, con iniciativas culturales y proyectos literarios que buscan dar visibilidad al extremeño.

4. La fala

Uno de los tesoros lingüísticos más singulares de Extremadura es la fala, una lengua romance hablada en tres pequeños municipios del Valle de Jálama: San Martín de Trevejo, Eljas y Valverde del Fresno. Este idioma, único en el mundo, tiene influencias galaico-portuguesas y es considerado por los habitantes como una seña de identidad.

Un ejemplo de diversidad cultural

La coexistencia de estas lenguas convierte a Extremadura en un ejemplo de riqueza cultural y diversidad lingüística. Aunque algunas de ellas están en riesgo de desaparecer, el interés por su conservación está creciendo, tanto a nivel local como nacional, con proyectos que buscan documentarlas y fomentar su uso.

Extremadura demuestra que la diversidad lingüística no solo es un patrimonio a preservar, sino también una ventana hacia la riqueza histórica y cultural de una región.