Hay una hucha esperándole en El Prado
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¿Se acuerdan de Lola Flores? En 1989 sus problemas con Hacienda la llevaron ante los tribunales por fraude fiscal. «Si todos los españoles pusieran una peseta, salíamos de la deuda», dijo la Faraona en una comparecencia ante la Prensa. Las cuentas no salían, porque la deuda era de trescientos millones, pero bueno, el caso es que a veces el «crowdfunding» (el micromecenazgo, en castellano) se parece a esto, una especie de blanqueamiento de la limosna hecha por quien, quizá, no deba pedirla, ya sea por vergüenza o por imagen. Lo que pasa es que, entre una palabra larga en inglés y un «es triste pedir pero peor es robar» hay la misma distancia que entre una página web y un trozo de cartón con faltas de ortografía. Sin embargo, la esencia es la misma, como demuestra la nueva campaña de micromecenazgo que ha puesto en marcha El Museo del Prado, para que «toda la ciudadanía pueda participar», en palabras de su director, Miguel Falomir, de la adquisición de «Retrato de una niña» de Simon Vouet, con aportaciones a partir de cinco euros hasta los 200.000 que cuesta la pieza. A falta de una Ley de Mecenazgo que el Parlamento, muy ocupado como acostumbra, no ha tenido ocasión de aprobar en dos legislaturas, las donaciones se realizarán con la muy tradicional manera de... una hucha situada junto a la obra. Entran ustedes al Prado y la escena que ven les dice algo así como: «No me digas que no tienes cinco eurillos para esta preciosidad, hombre. Fíjate con qué ojitos te mira». En realidad, hay una opción menos lastimera, la del pago con tarjeta, que además tiene una ventaja extra: los donantes pueden beneficiarse de las deducciones fiscales del 80 por ciento de la cuota íntegra del IRPF en donaciones iguales o inferiores a 150 euros y del 35 por ciento a partir de dicha cantidad. No me digan que no es perfecto: hacer el bien y obtener un beneficio por ello. Ayer, en la presentación de la iniciativa, Falomir señaló que «es la manera de hacer que el Museo del Prado sea de todos, no hace falta ser millonario», informa Ep. Además, precisó que no es la primera vez que el Museo «hace partícipe a la ciudadanía» puesto que hace 100 años la institución ya puso en marcha una iniciativa conocida como «suscripción popular» que «enriqueció muchas obras», aunque ha destacado que «se tienen que actualizar a la realidad de cada momento». Todo aquel que participe y lo desee verá su nombre reconocido en un listado en la página web de la institución. El plazo para la adquisición de la obra estará abierto hasta finales de año. En cuanto a «Retrato de niña» (1620-1622), se trata de un cuadro en buen estado de conservación, que posee «un gran interés» por su «sobresaliente calidad» y por la actitud sonriente y desenfadada de la niña, alejada de la seriedad habitual en los retratos de la época, según destacó el director de conservación del Museo, Andrés Úbeda. Junto a Claudio de Lorena y Nicolas Poussin, Vouet fue el más importante de los artistas franceses activos en Roma durante las primeras décadas del siglo XVII.