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Jorge Ruiz: "Cada vez estamos más perdidos y nos sentimos más idiotas"

El vocalista de «Maldita Nerea» lanza el álbum «Maldita Sinfónica», donde recogen uno de los conciertos más importantes del grupo junto con la Orquesta Sinfónica de Murcia. “Ser feliz es tener coherencia entre lo que se hace, se dice y se siente”

Foto: Jesús G. Feria
Foto: Jesús G. Ferialarazon

El vocalista de «Maldita Nerea» lanza el álbum «Maldita Sinfónica», donde recogen uno de los conciertos más importantes del grupo junto con la Orquesta Sinfónica de Murcia

“Ser feliz es tener coherencia entre lo que se hace, se dice y se siente”.

Sus respuestas invitan a masticarlas, para paladearlas. Sin usar palabras grandilocuentes, retuerce el lenguaje para exprimirlo y transmitir aquello que le atraviesa. Jorge Ruiz es músico, terapeuta y logopeda. Reflexivo y pausado. Se perdió y halló el camino para conectarse consigo mismo y volver a encontrarse. Compagina su carrera artística con otras actividades vinculadas al ámbito educativo. Escribió una novela sobre el lado femenino y ya prepara otra sobre el masculino. El fundador de «Maldita Nerea», que ha lanzado «Maldita Sinfónica» –un trabajo donde se recoge uno de los conciertos más importantes de la historia del grupo–, no quiere que se le escuche. Quiere que se le cante.

–¿Cómo surge la idea de unir sus sonidos a los de una orquesta sinfónica?

–Me venía grande, pero estando incómodo es como se crece. Aunque se tenga miedo, saber que se está bien rodeado facilita las cosas. Luego pensé que si hacía un concierto debía hacer tres. Y tres llenos, así que fantástico.

–¿Maldita o bendita?

–Maldita como nombre, pero bendita a nivel vital. La música es necesaria para todos los seres humanos porque a través de ella vehiculamos nuestras emociones. Si no existiera, ha-bría problemas emocionales. La música libera y nos une.

–¿Qué le pide a la vida?

–Sinceridad y ser feliz, que nos cuesta.

–¿Y qué es ser feliz?

–Tener coherencia entre lo que se hace, se dice y se siente.

–¿Somos más idiotas?

–Cada vez estamos más perdidos y al perdernos nos sentimos idiotas.

–¿Qué nos pierde?

–La ausencia de amor propio, consecuencia de la vida que llevamos. Decimos que hay que luchar, pero en realidad quien lucha es porque está jodido.

–¿Cómo acaba la canción que no termina?

–Las canciones nos escriben a nosotros y no nosotros a ellas. Siempre vivimos en la canción siguiente, no en la que acabamos de hacer.

–¿Cree que todo tiene fin?

–La energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma.

–Si la respuesta no es la huida, ¿cuál es?

–La aceptación.

–¿Y el problema son las respuestas o las preguntas?

–El problema es que no se hacen las preguntas adecuadas.

–¿Quiénes somos?

–No somos lo que nos creemos que somos. Somos nosotros. Ya está.

–¿Hacia dónde vamos?

–Eso no importa. Solo se puede ir hacia tu sitio. Y quien te diga que lo sabe es un idiota. Vivimos atados a la búsqueda de la verdad, o de lo que entendemos por verdad.

–Y muchas veces no se encuentra.

–O eso se cree, al no dejar de darle vueltas y terminar mareándose. Pero como somos tan inteligentes... Al final se nos olvida la necesidad de sentir.

–Como maestro en audición y lenguaje, ¿se nos da mejor oír que hablar?

–Sí, porque oír solo requiere tener el sentido operativo. En cuanto a hablar, el lenguaje cada vez se degrada más por no cuidarlo. Es verdad que se enriquece al vulgarizarse, pero también es cierto que se pierden matices muy ricos.

–¿El gran problema de España es de educación?

–No solo de España, sino de Occidente. La educación debe impulsar el talento y, sobre todo, dejar de inhibirlo. Porque el talento siempre está ahí. España es un país tremendamente talentoso.

–¿Qué le llenan más, las palabras o los sonidos?

–Las palabras, muchas de las cuales son musicales. Una melodía hace milagros, pero al meterle un gran verso se es feliz. Ahí vivo enganchado. Prefiero escribir, puesto que cantar me sigue costando.

–¿Qué esconden sus canciones?

–Más de lo que me imaginaba. Vienen de un plano menos consciente del que pensaba. No creo música sino que ésta atraviesa mis sombras y miedos... Esconden cosas que hoy no sé que están pero que mañana podré interpretar.

–Y no se conforma con que se escuchen...

–Exacto, si se cantan significa que se ha pasado tiempo con ellas, que se conocen y se quieren comunicar. Ese recorrido es mágico, yo vivo buscándolo. No quiero que me escuchen, quiero que me canten.