Crítica de libros

La despedida a lo grande de Kerr: la última entrega de Barnie Gunther

El escritor, que falleció en 2018, entregó una estupenda última aventura de Bernie Gunther.

La despedida a lo grande de Kerr: la última entrega de Barnie Gunther
La despedida a lo grande de Kerr: la última entrega de Barnie Guntherlarazon

El escritor, que falleció en 2018, entregó una estupenda última aventura de Bernie Gunther.

Los lectores fieles de Philip Kerr lamentarán, tras la gozosa lectura de su última novela, «Metrópolis», que ya no vuelva a las librerías con una nueva aventura de su detective estrella Bernie Gunther. Su muerte, el año pasado, cierra definitivamente el ciclo de esta soberbia saga, iniciada con «Violetas de marzo» (1989), que lo catapultó a una de las cimas de la novela negra nostálgica, encuadrada en la histórica. La época del nazismo y la República de Weimar, eran un campo inexplorado que el escritort puso de moda a partir de su «trilogía berlinesa», a la que siguieron once títulos más. Con «Metrópolis» dijo adiós a ese mundo que construyó con la meticulosidad del escritor fascinado por el poder evocador de la literatura y una mano maestra para crear personajes.

Algunas de los títulos de Gunther son mejores que otros, aunque todos poseen esa retranca inglesa del héroe desencantado, hipermoral y desolado, ya fuera por el auge de los nazis, la corrupción generalizada o la degradación de Berlín convertido en la capital del vicio mundial.

Para rematar la saga, Kerr ha situado la acción en los años previos al auge de Hitler. Es por tanto un precuela, aunque la serie siempre anduvo dando tumbos por esos años previos y posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Y, al igual que en otras de sus novelas, los personajes inventados se codean con otros reales: en «Metrópolis» ayuda a Thea von Harbou, esposa y guionista de Fritz Lang, recién estrenada la película «Metrópolis» (1927), a preparar el guión de «M, el vampiro de Düsseldorf» (1931).

Esta nueva intriga, tan seca como los «hardboiled» chandlerianos, capta de forma casi imperceptible la atmósfera expresionista de los años en los que Grosz creaba sus viscerales retratos, a quien conoce dibujando cadáveres, y asiste a los ensayos de «La ópera de los tres centavos» (1928) con Lotta Lenya cantando el tema de Kurt Weill «Mack el navaja». De ella dice que «no podía sostener una nota mejor que yo agarrado a un clavo ardiendo».

Prostitutas y tullidos

La obra de Bertolt Brecht resume el ambiente berlinés que Philip Kerr refleja en «Metrópolis»: una burguesía delincuencial rodeada de vividores, prostitutas y tullidos de la Primera Guerra Mundial. No deja fuera de su crítica a la policía ni a los políticos. En este cuadro desolador la atmósfera de degradación y violencia contrasta con los esfuerzos de este policía joven que con su moral estricta trata de encontrar a un asesino de vagabundos y prostitutas.

Sigue las referencias artísticas y cinematográficas y sus vertiginosos diálogos están trufados de definiciones como «una voz de esas que a uno le lamen el oído lentamente, por dentro y por fuera», referida a Thea von Harbou. Un RIP que merece el reconocimiento literario de uno de los más originales escritores de novela negra clásica, con un detective que puede equipararse a los más más importantes de la historia de la intriga criminal.