“Las mujeres de Whitechapel”: ni Jack ni destripador
La English National Opera estrena esta noche "Jack el destripador: las mujeres de Whitechapel", del compositor Iain Bell, que explica su deseo de que "estas mujeres dejen de ser conocidas por el modo en que murieron y que, más bien, sean recordadas por la manera en que vivieron"
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A las 3:45 de la madrugada del 31 de agosto de 1888, dos hombres que caminaban por la londinense calle de Buck’s Row se toparon con lo que parecía una lona abandonada en medio de la calle. Cuando se acercaron, sin embargo, se dieron cuenta de que la lona envolvía el cuerpo de una mujer degollada, bañada en sangre y con el abdomen destrozado a cuchilladas. Se trataba de Mary Anne Nichols, la primera de las cinco víctimas confirmadas del asesino más misterioso de Reino Unido. Pero ni la sangre ni el criminal se verán sobre el escenario esta noche durante el estreno de “Jack el destripador: las mujeres de Whitechapel” en la English National Opera de Londres. Con música de Iain Bell y libreto de Emma Jenkins, esta ópera pone la atención sobre las víctimas, en lugar de sobre el victimario cuya identidad ha obsesionado durante siglos a miles de personas.
El joven compositor inglés afirma que “mi intención era presentar una historia que resultara familiar en un contexto que no lo fuera. De este modo, quienes ya reconocen el tema serán más receptivos a la narración. La historia trata temas universales, como la fortaleza que puede surgir en una comunidad que se encuentra atacada y la explotación de los más vulnerables”.
Para Bell, el estreno de esta noche es la última pieza de una trilogía sobre Londres que comenzó con “A Harlot’s Progress”, inspirada en la serie de pinturas y grabados del mismo nombre de William Hogarth, y “A Christmas Carol”, basada en el relato de Dickens. Ambas óperas tuvieron gran éxito, lo mismo que “In Parenthesis”, una adaptación del poema homónimo de David Jones sobre la batalla del Somme. Pero su elección de la historia de Jack el destripador, sin subir al asesino al escenario, ya ha despertado las críticas de los más escépticos.
"Junto con Emma, tomamos la decisión de no contar con el personaje de Jack porque sentimos que restaría a las historias de las mujeres y añadiría un elemento policíaco a la ópera, algo que no deseábamos hacer", explica Bell, y añade: "También decidimos no representar ninguno de los asesinatos sobre el escenario. Sentimos que la amenaza de peligro era suficiente. Esto nos ofreció la oportunidad de explorar las vidas de estas mujeres y del resto de la comunidad con mucho más detalle".
Para hacerlo, recrean las vidas de las cinco víctimas del destripador: Nichols, Annie Chapman, Liz Stride, Catherine Eddowes y Mary Kelly, interpretadas por Janis Kelly, Marie McLaughlin, Susan Bullock, Lesley Garrett y Natalya Romaniw, respectivamente. Además, el libreto introduce a Maud, dueña de una casa de acogida, a la que da vida la reconocida soprano Dame Josephine Barstow.
La hipocresía victoriana
El segundo elemento importante era representar de manera adecuada a la sociedad Victoriana, a la que se critica por "su actitud hipócrita". "Emma Jenkins fue capaz de tejer en el libreto parte de la realidad de la época basándose en textos de W.T. Stead y Jack London, cuyos trabajos son contemporáneos con los eventos de Whitechapel –continúa Bell–. A lo largo de la pieza se le da voz a sus reflexiones respecto a la reforma social, sobre todo cuando la comunidad comienza a angustiarse más y más por lo que sucede a su alrededor y se da cuenta de que son ignorados por la policía y por el poder judicial".
A nivel musical, su reto era contar una historia cuyos elementos de terror son imposibles de evitar, pero manteniendo una ligereza o sentimiento de esperanza intrínseco a la visión del compositor. "Siempre me ha sorprendido la capacidad de la humanidad para encontrar ternura, humor y compasión incluso en las situaciones más difíciles y Emma y yo estábamos decididos a explorar ese ángulo", afirma.
"Deseaba que estas mujeres dejaran de ser conocidas por el modo en que murieron y que, más bien, fueran recordadas por la manera en que vivieron. Por lo tanto, la música, aunque en ocasión debe aludir al terror y otros sentimientos oscuros, refleja la solidaridad, la amistad y ocasionalmente elementos divertidos de sus vidas", explica Bell, y añade: "Hay dúos, cuartetos y conjuntos más amplios en los que somos capaces de expresar ternura, y fue un verdadero placer escribirlos".
Debut en Nueva York
Además de "Jack el destripador: las mujeres de Whitechapel", el compositor se enfrenta en unos meses al estreno en la New York City Opera de "Stonewall", una ópera que le fue encargada para celebrar el cincuenta aniversario de los disturbios de Stonewall, consideradas un hito en la lucha por los derechos de la comunidad LGBTI. "Como un hombre homosexual casado, las personas de ese bar de Nueva York son mis héroes y estoy seguro de que si no fuera por su valentía yo no tendría los derechos que tengo hoy como homosexual", afirma Bell. Se refiere a las manifestaciones que en junio de 1969 surgieron como protesta contra una redada en el bar Stonewall Inn, en el barrio de Greenwhich Village, un lugar frecuentado por miembros de la comunidad LGBTI.
Aunque admite que sus más recientes trabajos tienen un componente crítico importante, asegura que "como compositor de ópera, lo único que quiero hacer es contar historias. Invitar al público a un viaje. No puede esperar más que eso. Si se sienten conmovidos, es un añadido glorioso. Lo mismo si les lleva a pensar de manera distinta, aunque solo sea por dos segundos. El tiempo y la casualidad han querido que estas dos óperas ("In Parenthesis"y "Jack") estén muy motivadas por el elemento social, pero no es algo crucial para mí. Simplemente estoy encantado de tener la posibilidad de compartir estas historias con el mundo".