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Con «s» de suspense

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Con «s» de suspenselarazon

Cada vez proliferan más las novelas de intriga psicológica. Un subgénero que tiene en el suspense doméstico uno de los vértices del triángulo conformado por la novela negra y el «thriller» de acción. Qué duda cabe que las intrigas que transcurren en el ambiente familiar, protagonizadas por padres que pierden a sus hijos en un descuido, se han convertido en una moda internacional que lleva camino de epidemia. El último ejemplo es «La pareja de al lado», de Shari Lapena.

La moda de la novela de suspense doméstico, centrada en el núcleo familiar, parece el síntoma de que la familia anglosajona se ha convertido en el foco dramático de los múltiple conflictos que aquejan a la pareja actual. En el siglo XX, desde el novelesco rapto del hijo del aviador Charles Lindbergh, el subgénero se había centrado en el secuestro de un niño, ya fuera para coaccionar a los padres en «El hombre que sabía demasiado» (1956), de Alfred Hitchcock, o para pedir un rescate, «El misterio de Bunny Lake» (1957), de Merriam Modell. En la actual novela posfeminista, las escritoras recurren con frecuencia al secuestro infantil, usualmente por negligencia de la madre, en un proceso de desequilibrio matrimonial, lo que genera una terrible culpabilidad y aboca a la pareja al enfrentamiento y al divorcio.

En «La pareja de al lado», Shari Lapena incide sobre este monotema del suspense doméstico que tan buenos resultados ha dado en títulos recientes como «La viuda», de Fiona Barton, «Te dejé ir», de Clare MacKintosh, «Como una extraña», de Rachel Abbott y «Encuéntrame», de Gilly Macmillan. Variantes del «domestic noir», que gira en torno a las relaciones emocionales de mujeres independientes en la esfera matrimonial. Lapena parte de un planteamiento similar, pero mucho más cerebral. Al ser la emoción, la culpabilidad y el desgarro de la madre el eje dramático del relato, la escritora canadiense ha optado por un narrador omnisciente en un relato en presente, lo que le permite describir la acción mientras sucede, mientras ahonda en la subjetividad de los protagonistas.

Un damero maldito

La narración en presente aproxima la escena dramática haciéndola más acuciante y obsesiva. Pero también crea una gran incertidumbre, pues el cambio de un personaje a otro cuestiona la imparcialidad del relato de los personajes. La autora ha elaborado un endiablado damero maldito. Las piezas encajan dando una visión sesgada del relato para, a renglón seguido, variarlo a medida que nuevas piezas lo contradicen o desvían la acción hacia otros personajes que aguardan ocultos su encaje. Por contra, el buen pulso narrativo, el suspense y la intriga enloquecida creados por Shari Lapena no son suficiente para que «La pareja de al lado» no acabe perdiendo eficacia a medida que avanza la trama, tan enrevesada que cuando todas las piezas encajan sorprende por su inverosimilitud.