Intriga y mugre en la Francia de Richelieu
Jean D'Ayllon investiga un complot de nobles en «La conjura de los importantes». «La conjura de los importantes». Jean D'Ayllon. ALIANZA. 584 págs, 22 euros
Una de las novedades que ha introducido la posmodernidad en la novela histórica contemporánea es la incorporación de personajes y hechos popularizados por autores clásicos como Alejandro Dumas en sus novelas románticas. Jean D´Aillon, autor de una famosa saga centrada en el siglo XVII francés y protagonizada por una pareja de «detectives», el notario Louis Fronsac y el comisario Gaston de Tilly, se sirve del realismo costumbrista y los estudios históricos para una revisión antirromántica del siglo de D´Artag-nan y los tres mosqueteros.
A favor de la historia
En sus novelas hay aventura, misterio, intrigas palaciegas y la clásica investigación policial, pero el cambio es el tratamiento naturalista de la realidad histórica. Se diría que Jean D´Aillon se ha propuesto revisar el siglo XVII de Dumas con la mirada de un historiador apegado a la crónica de la vida cotidiana de la Francia de Luis XIII, descubriendo, tras la fachada novelesca, la descripción de una realidad más ajustada a la verdad, en detrimento de una intriga que resulta tan ingenua como endeble la acción.
Frente a la idealidad romántica, Jean D´Aillon opone el realismo proveniente de los estudios costumbristas del París del «Gran Siglo», resaltando la falta de higiene, la inmundicia y la inseguridad en la que vivían tanto la aristocracia como los plebeyos. Por momentos, la novelización de la cotidianeidad parisiense resulta fascinante, hasta el punto de que la intriga policiaca pasa a un segundo plano, incluso se desvanece. D´Aillon se pierde en la descripción de las clases sociales, realizada con un verismo digno de un cronista social, y desmenuza las intrigas palaciegas, las conjuras entre los nobles y validos de la corte con tal profusión de detalles que el lector acaba por perderse o desinteresarse.
Se diría que se ha invertido la relación clásica entre aventura y trasfondo de las novelas románticas, primando el contexto histórico sobre la acción. Hasta el punto de abismar al lector en un marasmo de nombres, hechos y relaciones de poder que impiden que la intriga avance. Cabe pensar que Jean D´Aillon prefiere el relato minucioso de esos cuadros de época del siglo que va de Richelieu y Luis XIII a Mazarino y Luis XIV a la narración de intriga, que es donde Alejandro Dumas brillaba como un consumado maestro.