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Literatura
Esta Feria del Libro, en el Retiro leen hasta las estatuas
Una acción de fomento de la lectura que pone en valor el patrimonio histórico. Porque redescubrir lo que nos rodea también es una forma de leer el mundo.

Coincidiendo con la inauguración de la Feria del Libro de Madrid, las estatuas del Paseo de los Reyes en el parque del Retiro han amanecido con algo obvio -pero inesperado- entre sus manos: libros. PlanetadeLibros ha impulsado una acción de intervención urbana con el objeto de fomentar la lectura, pero también de resignificar la presencia silenciosa del patrimonio monumental en la vida cotidiana de la ciudad. Bajo el lema “La gente importante sabe lo importante que es leer” y durante toda la Feria del Libro, las estatuas de los antiguos monarcas españoles que flanquean ese emblemático paseo sostendrán réplicas de libros en sus manos, cada uno con alguno de los títulos de los autores de la División Editorial del Grupo Planeta que estarán firmando en la Feria.
El objetivo es doble: invitar al público a leer, pero también a mirar de nuevo. Compartiendo idéntico espíritu, la acción en el Paseo de los Reyes del Retiro convierte a los antiguos monarcas en lectores públicos, figuras históricas que se suman, simbólicamente, al acto de leer. Esta instalación urbana, promovida por PlanetadeLibros, ha sido posible gracias al apoyo del Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid. Su delegada, Marta Rivera de la Cruz, nos acompañó en la inauguración, junto con varios de los autores cuyos libros protagonizan esta acción.
Para Rivera de la Cruz, "esta campaña que pone libros en manos de tantos reyes de España es una forma de recordarnos que las personas somos más importantes si, además, leemos. Es una invitación a la lectura, es una invitación a disfrutar de los libros y no solamente durante la feria sino durante todo el año. De la lectura y del Parque del Retiro que está precioso".
"Para mí, los libros forman parte de la vida de las personas, así que es bueno que estén en la calle, donde se los puedan tropezar los lectores. La iniciativa de ponerlos en manos de esos personajes ilustres del pasado es también una forma de dialogar con la Historia. En mi caso, además, el hecho que mi libro esté con Alfonso I el Batallador, rey de León, que lo fue también de Aragón, y fue famoso por enfrentarse a muchas fuerzas contrarias... no deja de ser bonito que un guerrero como él se acerque a la reflexión, que justamente puede ayudar a evitar guerras y enfrentamientos", asegura Lorenzo Silva. Para Paloma Sánchez-Garnica, "con esta acción, libro y patrimonio se dan la mano, transformando el paseo en una experiencia cultural mucho más profunda y mucho más intensa".
"Esta campaña de fomento de la lectura de Planetadelibros, de la División Editorial del Grupo Planeta, en la que defendemos que "yo soy importante, yo leo", es un recurso que pone en manos de Reyes de España unos libros que también serán protagonistas de esta Feria del Libro. Porque esas estatuas que llenan Madrid- y son más de dos mil- tienen historias que contarnos", asegura, por su parte, Javier Sierra. Mientras, la autora de "La Toffana", Vanessa Montfort, señala que "para mí, ver nuestros libros en el paseo de las estatuas del Retiro ha sido una maravillosa sorpresa. Ver a La Toffana en manos de Doña Berenguela, un personaje histórico que me entusiasma, me parece precioso. Una reina de Castilla, mecenas de escritores y dramaturgos, con un libro contemporáneo entre las manos, es una forma muy bonita de que volvamos a fijarnos en todos esos monumentos que a veces nos pasan desapercibidos."
Mira hacia arriba, redescubre y participa
Cualquier visitante de la Feria del Libro de Madrid podrá participar activamente de la iniciativa mediante una sencilla dinámica: fotografiarse junto a la estatua que represente su libro favorito y compartir la imagen en redes sociales, acompañada del hashtag #YoSoyImportanteYoLeo y la mención a @planetadelibros. De ese modo, optarán al sorteo de un viaje a una de las bibliotecas más bellas de Europa y de varios lotes de libros. Como recuerda la campaña, a lo largo de la historia, los libros y las estatuas han compartido algo más que piedra: muchas esculturas públicas incluyen volúmenes como símbolos de sabiduría, justicia o simplemente pasión por la palabra escrita. Estos son algunos ejemplos:
📍 Boston – Edgar Allan Poe, “Returning to Boston”
Una estatua poco convencional muestra a Poe avanzando por la calle con su abrigo al viento, una maleta abierta de la que emergen hojas de papel y un cuervo. Aquí, el libro no está cerrado ni en reposo: vuela con él, como parte de su tormentosa imaginación. Un tributo al poder incontrolable de la literatura.
📍 Roma – Giordano Bruno, Campo de' Fiori
Erguido sobre la plaza donde fue ejecutado, Giordano Bruno sostiene un libro cerrado entre sus manos. Su mirada desafiante y el volumen que porta simbolizan la lucha por el pensamiento libre frente al oscurantismo religioso. La estatua, erigida en 1889, no solo honra a un filósofo hereje, sino que consagra el libro como emblema de la razón frente al dogma
📍 Buenos Aires – Jorge Luis Borges, Biblioteca Nacional
En el patio de la Biblioteca Nacional, una escultura de Borges, bastón en mano, avanza lentamente entre libros de piedra tallados en el suelo. Cada libro es una palabra escrita sobre el tiempo. Borges no sostiene un libro, pero camina sobre ellos, literalmente: una metáfora perfecta para quien decía que "el paraíso debe de ser una biblioteca."
📍 Edimburgo – Sir Walter Scott, Scott Monument
En el centro de Edimburgo, en uno de los monumentos más altos del mundo dedicados a un escritor, Sir Walter Scott se representa sentado, con una pluma en la mano, rodeado de libros esculpidos a su alrededor. La escena sugiere un momento de pausa en medio de la creación literaria y es un homenaje a la escritura y a su legado.
📍 Budapest – Anónimo, Parque de la Ciudad
Una de las estatuas más misteriosas de Europa representa a un cronista medieval desconocido, llamado simplemente “Anónimo”. Envuelto en una capa, con el rostro oculto bajo una capucha, escribe en un gran libro abierto sobre sus rodillas. Es un homenaje a la escritura como acto de testimonio y memoria, incluso cuando el autor queda en la sombra.
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