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Literatura
Jean Reno: «Las mujeres son las que van a conseguir salvarnos a todos»
El afamado intérprete debuta como escritor con su primera novela, «Emma bajo el cielo de Omán» (Planeta)

A sus 75 años, Jean Reno continúa dando rienda suelta a nuevas inquietudes artísticas. Esta vez no lo ha hecho ante las cámaras de cine, sino frente al folio en blanco.
El afamado actor ha publicado en España su primera novela. Titulada "Emma bajo el cielo de Omán” (Editorial Planeta), este trabajo, que se encuentra en vías de ser traducida a 15 idiomas, aterriza en lengua castellana después de haberse convertido en un éxito de ventas en Francia.
Se trata de una historia de espías en el lejano Oriente, donde el amor y las conspiraciones políticas se entremezclan en la vida de la protagonista, Emma, una masajista de un exclusivo centro de talasoterapia en la Bretaña francesa con una vida tranquila hasta que se cruza en su camino Tariq Khan, hijo de un influyente ministro del sultanato de Omán.

Con el porte serio que caracteriza a Reno, nos encontramos al actor y ahora escritor (aunque él prefiere definirse como narrador, reservando el primer sustantivo para los más reconocidos nombres del mundo de la literatura) sentado en un salón privado del Hotel Palace de Madrid. Habla en francés por teléfono y al finalizar se acerca y saluda afable. Durante la conversación con él se muestra cercano, se moja y hace alarde de un buen sentido del humor.
¿Cómo se produjo ese salto al mundo de la escritura?
Tenía esta historia en la cabeza hace mucho tiempo, pero me provocaba timidez el hecho de ponerme a escribir. Hay tantos grandes escritores que me parecía pretencioso por mi parte. Pero llegó el Covid y con él, el miedo de quedarse uno sin hacer nada. Para una profesión artística, no tener un proyecto es difícil de aceptar. Fue mi caso. Ahí se me fue la timidez, la superé y decidí ser narrador, porque eso es lo que hago yo, contar historias.
Es una historia de intriga en un país lejano y exótico, pero el amor tiene mucho peso en todo el libro. ¿Era importante para usted remarcar eso?
Todo lo que pasa en este libro es por amor, porque la protagonista, Emma, encuentra el amor. Me interesa más la psicología femenina que la masculina. Me interesa más ver cómo se mueve, en todo el sentido de la palabra, una mujer que un hombre. Emma es pequeña, rubia y tiene un don con las manos. Es masajista. Las manos conectan el corazón con la mente. Más que erotismo, en este libro hay amor y puedes ver cómo el amor cambia la vida. Es un hecho. A mí me pasó. Encontrar a alguien cambió mi vida y quería escribir sobre eso.
Me inspiran mucho las mujeres jóvenes. En Varsovia, estuve en una tertulia con 300 personas y el 80% eran mujeres jóvenes. Creo que ellas son las que nos van a salvar a todos. Es la mujer la que mueve la sociedad.
¿No se siente entonces desconectado del universo más joven?
Muchas veces tengo la sensación de que los jóvenes no están en el mundo. Están aquí, pero a través del móvil. Están atrapados en las pantallas. No quiero hablar como mi padre, pero... Creo que ahora hay menos atención al talento del otro. Hay atención a una consumación y no se sabe quién creó el plato que estamos consumiendo. Sí siento esa diferencia de generación y no estoy de acuerdo con muchas de las cosas que hacen hoy los jóvenes.

En este libro, Emma pierde a su madre con 17 años, igual que le pasó a usted. Su padre, si no me equivoco, era linotipista, una profesión muy peculiar que tiene que ver con formar frases. Un libro no deja de ser eso: frases que cuentan una historia. Ahora, además, publica su novela en español, la lengua de sus padres. Hay mucho de ellos en todo esto ¿Qué cree que le habrían dicho al ver esta nueva faceta suya?
Habrían dicho: “Pero... ¿Qué haces?” (risas) Mi padre era un obrero y era muy difícil tener una conversación con él sobre el mañana; decirle: “Mañana podríamos hacer esto, ir a tal lugar, escribir una canción”, etc. Para mi padre, todo eso era chino, así que, era mejor no hablar. He hablado poco con mi padre y es una pena. No sé si le habría gustado mi novela. Mi padre no tenía esa cosa romántica. En cierto modo, él era romántico, pero no de esa manera. No iba mucho al cine y cuando yo empecé a hacer teatro, me decía que él no sabía de eso. Se cerraba. Quizás el corazón, el sentimiento, era un terreno donde él no iba. Sin embargo, amaba a mi madre. Cuando mi madre se murió, él se partió en dos. Me habría encantado que viera mi libro publicado...
¿De dónde nació en usted ese gusto por la literatura, el cine, el teatro?
No sé. El hermano de mi madre era cantante de ópera. De ahí viene algo, seguramente. Lo del talento es un misterio, es increíble. ¿Por qué no tenemos todos un nivel de talento, de comprensión, para parar la guerra, por ejemplo? El ser humano es un misterio. Me gustaría mucho escribir un libro humano, aunque sea pretencioso.
Supongo que el proceso de crear un personaje literario no es muy distinto al de crear uno para el cine o para la televisión.
Es muy similar. En ambos casos ves al personaje en tu cabeza, sus motivaciones, sus defectos, sus ganas, etc. Después viene la palabra, la frase, que tiene que ser bonita, creíble, con un ritmo, si es posible. Ahí empieza el trabajo. Se trata de la traducción de tu sueño.
Víctor Hugo, al que usted admira mucho, escribía de pie. ¿Usted tiene algún ritual a la hora de ponerse a escribir?
Me lo digo a mí mismo la noche antes. Mi Pepito Grillo, mi conciencia, me dice: “Mañana hay que hacerlo”. Si no me lo recuerdo, no lo hago. Y si tengo falta de motivación, no escribo porque sé que ese día no va a salir bien.
Si alguien decidiese llevar esta novela al cine, ¿qué actriz imagina interpretando a Emma?
¡Ya la han comprado! Es una producción francesa para la televisión y van a ser ocho episodios. He visto a varias actrices a través de mi agente. Cree que algunas son formidables para el papel, pero yo no quiero meterme en la producción cinematográfica. Es una locura.
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