Cargando...
Sección patrocinada por

Entrevista

Rubén Amón: «No quiero que Morante vuelva y lo estoy deseando»

«Morante, punto y aparte» trata de explicar, desde sus múltiples perfiles, al torero más genuino y completo que hemos visto, que se cortó la coleta el pasado 12 de octubre

Entrevista a Rubén Amón David JarLa Razón

Aquella noche del domingo 12 de octubre, Día de la Hispanidad, algo se quebró cuando Morante de la Puebla, en medio de la plaza de Las Ventas, se arrancó la castañeta. Aún resuenan como ecos de lamentos aquellas coplillas y sevillanas que sus paisanos, apiñados en torno a una guitarra, le cantaron de madrugada frente al hotel Wellington. Fruto de seguir al torero en sus faenas a lo largo y ancho de España, además de largas conversaciones con el diestro y con su entorno, el periodista Rubén Amón (Madrid, 1969) ha escrito «Morante, punto y aparte» (Espasa), el mayor intento hasta la fecha de aprehender y comprender el fenómeno nacido en La Puebla del Río. Conversamos con el autor, que nos cita taurinamente a las 5 de la tarde.

Al hilo de las cinco de la tarde, ahora dice el ministro Urtasun que su poema favorito es «Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías»... ¿Las políticas antitaurinas del Gobierno favorecen a la Fiesta?

Estoy seguro. Creo que las malas formas del ministro, empezando por negarle la mano al Juli, sitúan los toros donde nos interesan, al otro lado del ministerio de Cultura. Y más se significa el Gobierno de Sánchez contra los toros, creo que más próspera la sensación de que la tauromaquia está donde tiene que estar respecto a su naturaleza original, que es la transgresión, la vanguardia, la provocación y la incomodidad. Que la cultura sea incómoda cuando la cultura convencional se ha adocenado creo que es el rasgo distintivo de los toros, y creo que es la explicación por la que los toros están despertando tanto interés. A los toros les conviene más que nadie un ministro como Urtasun.

A la hora de escribir el libro ¿qué acceso ha tenido a Morante?

El libro se nutre mucho de conversaciones con él. No con una grabadora ni con el formato de una entrevista, pero sí con conversaciones que hemos tenido durante esta temporada y durante muchas otras. A Morante tengo la suerte de conocerlo desde hace muchos años, y durante esta temporada en concreto, de Pamplona a Nazaré, hemos tenido oportunidad de hablar de toros sin que el objetivo fuera responder a preguntas sobre un libro. Y otras cuestiones más cercanas, más biográficas, las he resuelto con su madre, porque Morante tiene este problema con la memoria por el tratamiento que ha tenido que sufrir [electroshock].

«A los toros les conviene más que a nadie un ministro de Cultura como Ernest Urtasun»

La retirada de Morante nos sorprendió a todos.

Prevista o no la retirada de Morante, la temporada era insoportable, en el buen sentido de la palabra, respecto al grado de compromiso, de peligro, de riesgo, de integridad que había adquirido el año 2025. Antes de producirse la retirada, el último capítulo se titulaba «Después de Morante ¿qué?», porque creo que la despedida estaba en lo probable a partir de esos extremos que ha recorrido estos años. Así que, con el libro embargado, con la posibilidad de un final, sólo tuve que cambiar cuatro tiempos verbales e incorporar el pasaje de su despedida de Madrid: que a mí me parece insólita, no porque no estuviera en la lógica de las cosas, sino porque creo que es un mensaje a la plaza de Sevilla: vestido de Antoñete, con sus dos primeras orejas en Madrid, decide que el lugar para cortarse la coleta es Las Ventas.

¿Volverá?

Yo no quiero que Morante vuelva y lo estoy deseando. Y en esa contradicción creo que reflejamos el derecho que tiene Morante a descansar, a retirarse, y el vacío con que nos quedamos después de haber sido testigos de este fenómeno. Creo que Morante en realidad dejándonos huérfanos también deja huérfana a la fiesta, la deja desprovista del eje. El libro pretende demostrar que cuando tenemos la historia del toreo delante, lo mínimo que podemos hacer es reconocerla. Y si Morante puede haber sido el mejor torero que hemos visto, su hueco es proporcional, y la angustia que nos deja, primero como aficionados, pero luego como partidarios es enorme, pero tiene todo el derecho a retirarse.

«Me parece insólita la retirada de Morante porque creo que es un mensaje a la plaza de Sevilla»

Ha visto a Curro y a José Tomás, entre otros, ¿por qué considera a Morante el mejor torero?

Creo que nunca hemos asistido a un torero donde se reúnan con la misma envergadura el arte y el valor. Este año y en ediciones anteriores hemos visto a Morante pisar unos terrenos que sólo pisan los toreros de más arrojo, y lo hemos visto torear con un temple, con una despaciosidad, con una cadencia que equivale a la tauromaquia más pura y más honda. En esa síntesis del torero más clásico y el más expuesto se junta un acontecimiento extraordinario. Morante es el primer torero de arte que manda.

Tres semanas pasan entre la retirada de Morante y la muerte «del» Paula, su ex-apoderado.

Creo que la relación de Morante y Paula ha sido muy honda y sincera hasta el último suspiro. No identificaría a Paula como el torero más cerca de Morante pese al homenaje que le hace en su faena de Jerez, citando como él. Creo que Morante es la síntesis de muchos toreros sin parecerse a ninguno.

«Morante herriazurekin», dicen en Azpeitia del torero que se pasea con Abascal a caballo...

El mayor eje que rompe Morante es la identificación con los chavales porque rebasa todo prejuicio a partir de lo genuino que es. Es lo más alejado a un torero populista, te hace entrar a la tauromaquia por el cante jondo, y no consiente por el ánimo de conquistar al público. Es tan puro, que, en mi opinión, es lo que explica su impacto en la sociedad, en las clases pobres y ricas, en las plazas del norte y del sur.