¿Máster, másters o másteres?
Las palabras que más dudas generan
¿«Antirobo» o antirrobo? ¿Imprimido o impreso? ¿Los máster, másters o másteres? ¿El Perú o Perú? Elena Hernández dirige el departamento de «Español al día». Se creó en 1998 y, desde entonces, se ha convertido en una herramienta fundamental de los hispanohablantes para resolver la inquietud de las dudas inmediatas. «En estos quince años se han recibido más de 600.000 consultas. A veces se han superado las 400 diarias», comenta Hernández. El 50 por ciento de estas consultas proviene de España; un 40, de Hispanoamérica (sobre todo de Argentina, México, Venezuela, Colombia y Chile), y el resto procede de diferentes lugares, pero, sobre todo de la comunidad hispana de Estados Unidos. «Una duda es el plural de convoy: es ¿"convoys"o convoyes?», explica. Pero existen más. Las más frecuentes están relacionadas con la utilización adecuada de las mayúsculas y las minúsculas; la formación de los plurales (como el mencionado arriba); el uso de neologismos y abreviaturas, o las reglas de acentuación. Un amplio abanico que permite a las personas que trabajan en este departamento (todas especializadas en español normativo) conocer de cerca los principales problemas que encuentran los hablantes con la lengua. Elena Hernández comenta que el adverbio «solo» continúa generando problemas: muchos desean saber si todavía lleva tilde o no. «Sobre acentuación también son frecuentes las preguntas sobre cuándo se escribe "aun"o "aún"». Otro de los puntos que provoca más de un quebradero de cabeza son los femeninos. En esa lista habría que incluir vocablos como «médica», «cartera», «música», «chamana» y «obispa». Pero también sucede a la inversa, con trabajos que tradicionalmente han sido femeninos y que, ahora, han comenzado a desempeñar los hombres: «azafato», «comadrón» y «comadrón».
La actualidad, como cuenta la propia Elena Hernández, también marca la pauta de las consultas. Así, muchos se preguntaban si debía escribirse «gripe aviar» o «gripe aviaria»; «Mali» o «Malí». Por lo general, reciben una media de 140 consultas diarias. A partir de la cuenta de Twitter @RAEinforma se atienden muchas de ellas y, a la vez, se difunden las normas de la RAE. Pero, en ocasiones, hay que recurrir a las academias americanas para dar una respuesta adecuada. Un estudiante que estaba aprendiendo español, comenta Elena Hernández, se topó con una palabra que no entendía en un culebrón. Al final, la palabra era «ojalisco», una voz que significa «despreciable». En un mundo globalizado, la irrupción de neologismos también ha despertado la inquietud en muchos hablantes. Es el caso de palabras como «recepcionar», «dimensionar», aperturar», «permisología» o «tutorizar». Lo mismo sucede con extranjerismos como «pendrive», «snorkel» o «roaming», entre otras.