Crítica de cine

«Mazinger Z: Infinity»: Aquellos puños antiguos

La Razón
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Junji Shimizu. Takahiro Ozawa (Manga: Go Nagai). Toei Animation. Japón, 2017. 95 minutos.

Tardes de pan, chocolate y «Mazinger Z», no se podía pedir más. «Trueno quebrador», «Llamarada de pecho», «Gran bumerang»... Qué curioso, en la película realizada por Shimizu para conmemorar los 45 años de este manga, se dice de todo, menos aquel nostálgico y definitivo «Puños fuera» , que significaba la destrucción inmediata del enemigo mecánico que tocara. Tras los créditos, una monada de inconfundible sabor sesentero, descubrimos que ha pasado el tiempo, para ellos también, pero el malvado Doctor Infierno no se cansa nunca y vuelve para destruir a la humanidad, lo que provoca que Koji Kabuto, hoy convertido en científico afamado, decida ponerse de nuevo tras los mandos del poderoso robot para salvar al mundo. Poco después de hallar una extraña y diferente forma de vida en el Monte Fuji , Kabuto debe enfrentarse a un terrible dilema: ser otra vez el héroe de la historia o un dios. Bueno, a dos: casarse con la novia de toda la vida o seguir soltero. Envueltos en esa verborrea pseudocientífica que el cine de los 50 puso tan en boga, y con sus correspondientes dosis de humor y unas gotas de suave erotismo (más evidente, con excepción de aquella Afrodita y sus senos mortíferos, que cuando veíamos la serie animada alrededor de la mesa camilla; el mundo ha cambiado mucho), el filme consigue lo que se proponía: que el público joven pase un gran rato aunque no sepa quién demonios era el gigantón y que la nostalgia nos devuelva a los cincuentones parte de ese sabor a siesta y meriendas con gluten.

LO MEJOR

Además de provocar la nostalgia entre el público más madurito, visualmente es una cinta potente

LO PEOR

Aunque desde el punto de vista técnico sea superior, la serie nada tiene que envidiar a esta película