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Él Mató a un Policía Motorizado: Bajo el prisma poético de una banda en una Argentina en crisis

La banda actúa el 1 de junio en el escenario de Amazon Music del Primavera Sound de Barcelona, festival donde vivieron en 2010 su debut europeo
Desde la izda., Doctora Muerte, Chatrán Chatrán, Santi Motorizado, Niño Elefante y Pantro Puto
Desde la izda., Doctora Muerte, Chatrán Chatrán, Santi Motorizado, Niño Elefante y Pantro PutoPrimavera Sound

Madrid Creada:

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Eran las siete de la tarde del 27 de mayo de 2010, y en el Parque del Fórum de Barcelona comenzaba a atardecer. El sol caía mientras en uno de los escenarios del Primavera Sound los integrantes de Él Mató a un Policía Motorizado afinaban guitarras, calentaban voces, y afrontaban por primera vez un concierto en suelo europeo. «Hubo una casualidad, y es que se rompió el sonido del escenario de al lado, y la gente se vino al nuestro. Ahí pasó algo, fuimos muy felices, y generó que nos invitasen muchas más veces». Lo recuerda para este diario Santi Motorizado, voz y bajista de la banda argentina, que completan Niño Elefante (guitarra), Doctora Muerte (batería), Pantro Puto (guitarra) y Chatrán Chatrán (teclados). El grupo, considerado en su género como el más internacional y de mayor repercusión de América Latina, repite festival y el próximo 1 de junio –el certamen se celebra entre el 29 de mayo y el 2 de junio–, se suben al escenario de Amazon Music para continuar con la gira de su último álbum «Súper terror», que publicaron hace casi un año.
Bajo un prisma siempre romantizado y poético, dice Motorizado que ese último disco «contiene varias ideas encriptadas sobre la actualidad de Argentina y del mundo». Una temática que da para largo y tendido: «No somos una banda activista», matiza el cantante, «y es una época difícil para la comunicación, pero nos gusta elegir bien qué pelea abordar». No en vano su música cabalga entre la Velvet Underground, el indie rock y una arbitrariedad futurista. Al igual que la banda de Lou Reed, la de Motorizado trata de huir de lo industrial e impuesto, a la vez que observa, examina y reflexiona sobre su entorno. Es consciente el artista, por ello, de que el presidente de su país está de actualidad en el nuestro. «Es curioso que durante su campaña atacó a China, juró no negociar con ningún país comunista, pero cuando llegó el momento de la verdad no pudo romper relaciones, y no hubo respuestas a los ataques. También acusó al Papa de ser el representante del Maligno en la Tierra, y el Pontífice lo recibió hasta con cierta alegría. Lo minimizan, y sin embargo me gusta que el Gobierno español le responda, porque nadie lo hace. Ahí está la gran pregunta, ¿es mejor reaccionar o minimizarlo como la caricatura que es? Sea como sea, lo que realmente urge en Argentina reside en la economía y a nivel social. Eso sí que es una catástrofe», apunta.
«Nos gusta apoyar a las causas que nos parecen urgentes», asegura Motorizado, a pesar del miedo a opinar que, asegura, existe entre los artistas de su país. «Lo veo en músicos que en otras épocas eran más comprometidos, y de repente prefieren quedarse en su zona de confort», advierte, y rechaza «esa arenga capitalista que hay en una Argentina donde la mitad de menores de 18 años son pobres. Toda esa fiesta a la cual no estamos invitados me choca». Si bien «en otras elecciones presidenciales no había opciones convincentes, y elegías el menos malo, en las últimas sentía que había una imagen enemiga de la felicidad del pueblo, de los derechos adquiridos, del progreso hacia la convivencia. Que no hubiera ningún tipo de reacción al respecto me llamó la atención».
Los artistas, asegura, son por lo general «personas sensibles e inteligentes». En el caso de Él Mató son, además, «payasos en el buen sentido, y por suerte nos llevamos bien». Después de 7 conciertos seguidos en Estados Unidos y de haber lanzado una cover de «Slippery people» de Talking Heads, están en ese espacio de descanso que necesitan para dar el próximo salto. Esta vez, hacia Barcelona, siempre tratando discernir «cuánto hay de disfrute y cuánto de adicción, pero al final en el escenario salen disparadas las ganas. Sientes que podrías hacerlo eternamente durante todos los días de tu vida», concluye.