Música

Wilco, instrucciones para desahuciar un corazón

Un año después de su disco country, la banda publica «Cousin», un trabajo de «pop de vanguardia»

El grupo estadounidense Wilco
El grupo estadounidense WilcoPeter Crosby

Cuando se superan con un coste razonable, todas las turbulencias del pasado valen la pena. «Creo que estamos en un momento de gran felicidad para llevar 19 años juntos los mismos tipos. Nuestra trayectoria ha sido una experiencia abrumadora y ahora nos entendemos perfectamente y, sobre todo, seguimos exigiéndonos», dice Nels Cline, guitarrista de Wilco, una de las bandas imprescindibles para el rock en los últimos 20 años. El grupo exprime una fase estajanovista de Jeff Tweedy, cantante y compositor, hombre torturado que ha encontrado la serenidad en la madurez (y la terapia y la medicación, faltaría más) quien, tras entregar el año pasado un disco doble, «Cruel country», que suponía una vuelta a las raíces, ahora embarca al grupo en la dirección opuesta. «Cousin» es un disco delicado, con toque vanguardista, pero, sobre todo, es otra muestra de un grupo en estado de gracia: un trabajo con canciones como «Evicted» que habla, con melancólica entereza, de un desahucio, de una expulsión del corazón de alguien.

«El disco procede de la cabeza de Jeff, como es habitual. Llegó un día con una serie de canciones que había elegido de un montón que tenía guardadas y se convirtió en lo que él mismo nos definió en un disco de pop de vanguardia. Yo no tenía ni idea de lo que eso significaba, pero una cosa estaba seguro: no se trataba de un disco de country. En esos casos, él marca el camino y nosotros tratamos de seguirle. Pero a veces no sabemos por dónde vamos y hay que ir desentrañándolo. Ese fue el momento en que entró Cate», de el guitarrista sobre el fichaje de Cate Le Bon como productora del trabajo, algo que no sucedía desde «Sky, Blue Sky». En realidad, Wilco podría hacer un disco de sardanas si quisiera y seguiría sonando especial. Nels Cline, por ejemplo, es conocido por sus solos de guitarra, sus interpretaciones de alto voltaje. En «Cousin» hay pocos momentos para ese tipo de descargas. «Para mí lo importante es la música, es la canción. Yo solo intento que salgan al aire y lleguen a otra persona de la manera más hermosa posible. Y en ese proceso tratas de aportar tu propia electricidad, que es para mí la mayor forma de alegría posible, la que hace que todo tome impulso y se eleve», explica Cline, que llevó a cabo un proceso de negociación con Le Bon. «Ella tenía un problema con el tono en el que tocaba y lo cambié para ajustarme, para que las canciones funcionasen. Eso nunca ha sido un problema para mí, al contrario, es mi prioridad», dice Cline, que ha tocado en formaciones de jazz de ‘‘ambient’’... «Y de punk rock. Pero, en contra de la imagen que tengo de ser alguien que no se ciñe a, digamos, una partitura, en realidad soy todo lo contrario. ¡Si hasta me gusta hacer las pruebas de sonido!», ríe el guitarrista.

Las canciones de la banda son protagonistas de una de las series de televisión más aclamadas en los últimos tiempos, «The Bear», en el que un personaje llama a otro «cousin» (primo) precisamente. «No veo nunca las series porque no tengo tiempo para ponerme al día con dos temporadas enteras... La verdad es que me impresionó cómo de importantes son las canciones y qué bien encajan en la trama. Además, la serie representa muy bien a la ciudad de Chicago». El grupo de Illinois ha creado en España prácticamente una segunda residencia artística. «Me he llegado a obsesionar con España y te puedo decir que todo el mundo en la banda ama el país, y no es un falso cumplido. No nos imaginábamos que nos iba a ir tan bien allí, pero es que artísticamente y culturalmente he desarrollado una fijación sobre la Guerra Civil española, la República y por supuesto la poesía. Especialmente con Lorca, pero también los que llegaron de América a España, como Neruda o César Vallejo. Y qué quieres que te diga... me gusta el cine de Carlos Saura y adoro Antoni Tapies, Miró y por supuesto, Picasso. Y Goya. Tengo una gran admiración por vuestra historia, especialmente en los tiempos modernos y contemporáneos... obviamente me gusta un poco menos leer sobre la Inquisición», ríe Cline.

Aunque el grupo no publicase ni un solo disco más, tendrían su sitio en la historia de la música estadounidense. «No se nos ocurre pensar en eso. Ya estamos pensando en el siguiente disco y Jeff no va a bajar el ritmo ahora. No le veo frenando en absoluto», apunta Cline. «Sí que es cierto que, sin querer ser mórbidos, yo sí le doy vueltas al hecho de que, a estas alturas de mi carrera, he conseguido unas cuantas cosas que nunca imaginé que lograría. Y lo mejor es que ninguna de ellas tiene que ver con que lo haya intentado lograr. Es que me llegaron. Pero formar parte de una banda prominente del rock como Wilco es inesperado y alucinante. He hecho mucho y me quedan unas cuantas cosas que hacer por mi cuenta antes de palmarla. Porque mi amor por la música nunca ha disminuido», dice Cline.