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Ciencia

A qué se refería Albert Einstein cuando dijo: "Un ser humano es parte de un todo, llamado por nosotros el Universo, una parte limitada en el tiempo y en el espacio..."

Lo que Einstein escribió en una carta privada revela una visión del universo que aún hoy conmueve

A qué se refería Albert Einstein cuando dijo: 'Un ser humano es parte de un todo, llamado por nosotros el Universo, una parte limitada en el tiempo y en el espacio...'
A qué se refería Albert Einstein cuando dijo: 'Un ser humano es parte de un todo, llamado por nosotros el Universo, una parte limitada en el tiempo y en el espacio...'La Razón

Mucho más allá de las ecuaciones que transformaron nuestra comprensión del universo, Albert Einstein dejó numerosas reflexiones sobre la condición humana, la empatía y el papel que ocupamos en el mundo.

Entre ellas, destaca un pensamiento que escribió en 1950 y que hoy sigue despertando interés por la profundidad de su mensaje sobre la unidad entre todos los seres. Einstein planteó que cada persona forma parte inseparable de un conjunto mayor al que llamamos “Universo”, aunque la mente humana tienda a percibirse como algo aislado.

El científico también describió esa sensación de separación como una ilusión creada por la conciencia. En una traducción aproximada, decía que el ser humano “se experimenta a sí mismo, a sus pensamientos y emociones, como algo independiente del resto, una especie de ilusión óptica”. Y advertía que esta ilusión nos encierra en un círculo estrecho de preocupaciones personales y afectos limitados, cuando nuestra tarea debería ser expandir nuestra compasión hasta abarcar a todos los seres vivos y a la naturaleza en su plenitud.

De dónde viene este mensaje

Estas palabras surgieron en un contexto íntimo y doloroso. Einstein las escribió a Robert S. Marcus, un dirigente del Congreso Judío Mundial que acababa de perder a su hijo por polio. Aunque pretendían ofrecer consuelo, la reflexión trascendía la tragedia personal para abordar una cuestión más amplia: la dificultad humana para comprender su verdadera posición dentro del entramado de la vida. Más tarde, este mensaje fue retomado en The Quantum and the Lotus, donde sirvió de punto de encuentro entre perspectivas científicas y filosófico-espirituales.

La ilusión de estar separados

Einstein sostenía que la idea de que somos individuos completamente independientes no corresponde a la realidad. Consideraba que este sentimiento actúa como una barrera que limita nuestra capacidad emocional y nuestra percepción del mundo. Al llamar a esa creencia una “prisión”, señalaba cómo nos lleva a centrarnos solo en nuestras propias necesidades o en las de nuestro entorno más cercano. Según su visión, el bienestar emocional y social depende de reconocer que formamos parte de un tejido más amplio y que nuestras vidas están profundamente conectadas.

Para él, superar esa ilusión no era un proceso espontáneo, sino un esfuerzo consciente. Implicaba ampliar nuestro sentido de solidaridad y compasión.

Un legado humanista

Aunque la historia recuerda a Einstein principalmente por la teoría de la relatividad y por la célebre ecuación E = mc²—hitos que le valieron el Premio Nobel de Física en 1921—también dejó una profunda huella en debates sociales y humanitarios. Una vez establecido en Estados Unidos, se pronunció sobre la paz, la justicia racial y diversos problemas éticos de su tiempo. La carta a Marcus revela esta faceta menos científica pero igualmente relevante: la de un pensador que veía en la empatía y la responsabilidad compartida caminos esenciales para el futuro de la humanidad.