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Segunda de Alicante: Cuando el toro no es una mona

Gran actuación de Ginés Marín, un tío con un exigente encierro de Fuente Ymbro
MondeloLa Razón
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Dentro del denostado encaste Domecq, del que derivan muchísimas ganaderías, no es la de Fuente Ymbro de las que más se critiquen y sus toros, serios, engallados y fuertes, se encuadran no pocas veces en el apartado de “corridas duras”. No llegó a ese extremo el encierro lidiado en Alicante pero sí dejó en claro que estos toros imponen siempre respeto y lo que con ellos se hace tiene mucho mérito.
Y mérito tuvo lo hecho por Ginés Marín a lo largo de toda su actuación. Se lució en los lances de recibo y en el quite al tercero, un cinqueño que se durmió bajo el peto y puso luego en aprietos a los banderilleros. La verdad es que tuvo una velocidad de crucero altísima pero su matador, a base de mando, bajarle la mano y aguante, logró atemperar sus embestidas, aunque no acabó de someter totalmente a un toro que tuvo mucho que torear. Se volcó luego sobre el morrillo y dejó una sensacional estocada de efectos fulminantes.
Y muy firme y muy valiente anduvo con el rebrincado y exigente sexto, que si fue siempre hacia adelante no se olvidó de tirar tornillazos casi a cada momento. Le pudo de cabo a rabo y dejó muletazos de excelente trazo, entrando a matar otra vez a por todas y tirando a su oponente patas arribas.
El muy serio primero, un tranvía de casi 600 kilos, codicioso y acometedor de salida, perdió parte de su fuelle tras su paso por el caballo, donde recibió un puyazo largo y tendido que le hizo llegar ya reservón al segundo tercio. Pero no abrió la boca y llegó a la muleta con fijeza y repetidor, incansable tras la tela, permitiendo a Ferrera cumplir una faena breve y medida, de tono derechista y con temple y entrega. Al natural no fue igual y, encima, el viento le molestó. No acabó de calar en el tendido.
Con un único y ligero picotazo tramitó el primer tercio al cuarto, otro toro muy serio y bien armado, dejando lucir luego a Fernando Sánchez en banderillas. Le costó a Ferrera cogerle el aire a este animal, siendo al final de un muy largo e intermitente trasteo cuando se encajó con él y dejó una serie al natural enjundiosa y con empaque. La formidable estocada ayudó mucho a que le se concediese una oreja.
Desarmó de salida el segundo a Perera, que tampoco lo tuvo fácil al inicio del último tercio. El de Fuente Ymbro desparramaba la vista y cabeceaba con peligro y sentido, tirando tarascadas y avisando. No se arredró el pacense, que derrochó valor y ganas, porfiando y echando la moneda al aire en más de una ocasión.
El quinto, en cambio, fue tan noble como repetidor -no hay quinto malo- sin que Perera, que se lució al torear en redondo, acabase por exprimir a un ejemplar que pareció tener más jugo.
Alicante, 22 de junio
Segunda de feria
Alrededor de media entrada.
Toros de Fuente Ymbro, con presencia y de buen juego en conjunto.
Antonio Ferrera (de botella y oro), media, ovación; entera, aviso, oreja.
Miguel Ángel Perera (de canela y oro), entera, aviso, descabello, ovación; media y descabello, ovación.
Ginés Marín (de nazareno y oro), entera, oreja; entera, dos orejas.
Curro Javier, Fernando Sánchez y Javier Ambel destacaron entre el peonaje.