Polémica

Bildu sondea los Sanfermines sin toros ni encierros

La iniciativa parte del Ayuntamiento de Pamplona y su alcalde Asiron; también se cuestiona al propio «San Fermín»

Vista de Pamplona desde un helicóptero de la Policía Nacional durante las fiestas de San Fermín 2024, a 7 de julio de 2024, en Pamplona, Navarra (España). Desde ayer, 6 de julio, hasta el próximo 14 de julio, se celebran en Pamplona los Sanfermines 2024, que tiñen la ciudad de rojo y blanco. Se prevé que miles de personas de más de 30 territorios nacionales acudan a las celebraciones, que fueron declaradas en 1980 como Fiestas de Interés Turístico Internacional y que incluyen 514 actividades entre las que se encuentran los tradicionales encierros, conciertos, fuegos artificiales, jotas y bertsolaris, entre otros.
Vista de Pamplona desde un helicóptero de la Policía Nacional durante las fiestas de San Fermín 2024, a 7 de julio de 2024, en Pamplona, Navarra (España). Desde ayer, 6 de julio, hasta el próximo 14 de julio, se celebran en Pamplona los Sanfermines 2024, que tiñen la ciudad de rojo y blanco. Se prevé que miles de personas de más de 30 territorios nacionales acudan a las celebraciones, que fueron declaradas en 1980 como Fiestas de Interés Turístico Internacional y que incluyen 514 actividades entre las que se encuentran los tradicionales encierros, conciertos, fuegos artificiales, jotas y bertsolaris, entre otros. Eduardo Sanz Europa Press

Decir Pamplona es decir San Fermín y sus fiestas con las que es fácil emocionarse desde el chupinazo y soltar alguna lagrimilla en el «pobre de mí», que solo se solivianta con la esperanza de volver al año siguiente. Los sanfermines no son una fiesta cualquiera es por eso por lo que son muchos los que llegaron, se enamoraron y quedaron para siempre. Lo supo el escritor estadounidense Ernest Hemingway y los millones de seguidores que regresan cada año desde diferentes lugares del mundo. Esto es así. Los navarros abren sus puertas como solo lo hacen estos días del año y Pamplona es un universo único pleno de personalidad y sentido en todo lo que ocurre las 24 horas del día, porque dentro de los sanfermines hay muchas fiestas, para adultos y niños. Sorprende que, desde el Ayuntamiento de Pamplona, cuyo alcalde es Joseba Asiron, es decir EH Bildu, se haya publicado la iniciativa de hacer una encuesta amplia para conocer algunos ámbitos sobre sus reclamadas fiestas. Algunos aspectos muy comprensibles, como saber el alcance que tiene su impacto económico, pero dentro de ese paquete se aprovecha para cuestionar de forma sibilina y sobre una muestra de 1.300 personas que se desconocen quiénes serán las elegidas y bajo qué parámetros, sobre el rechazo o no a las corridas de toros y los encierros. Es decir, ¿pretender desestabilizar desde casa la devoción por la que Pamplona es conocida en todo el planeta? No queda ahí la cosa, también se cuestionará el sentido religioso, al propio santo, San Fermín, al que se canta, propios y extraños cada mañana pidiendo su protección y que lleva el nombre de las fiestas. Es algo tan curioso como querer saquear tu propia casa, herir tu propio cuerpo, poner en duda en la Feria de Fallas, los ninots y la cremá, la pérdida voluntaria de la identidad que nos hace únicos y el motivo por el que viaja a Pamplona cada 7 de julio tantísima gente.

Cómo se hará

En la publicación oficial se hace referencia a que la encuesta «deberá contar con un muestreo mínimo de 1.300 habitantes de Pamplona mayores de 15 años, que serán entrevistados entre el 1 de junio y el 5 de julio, en modalidad presencial o ‘cara a cara’ en sus domicilios». Lo que no tenemos claro son los parámetros de ese muestreo, quiénes serán esos 1.300 elegidos, cuáles serán las preguntas, ni tampoco cómo serán formuladas acerca de «la aceptación o rechazo de encierros y corridas de toros o la devoción al santo». El mismo santo al que miles de personas claman cada mañana minutos antes de las ocho y que también es mundialmente conocido, pero que, en la propia casa, en la propia tierra quieren cuestionar. Las cosas de este país. «Como suele ocurrir y no me refiero al CIS de Tezanos es fácil que estén teledirigidas, pero no sabemos así que intentaremos no prejuzgar. Ya hemos tenido una polémica coincidiendo con la publicación de esta encuesta cuando de pronto la empresa que desarrolla la actividad en torno a las fiestas de San Fermín no dejaba que etiquetaran publicaciones de toros o encierros. Tuvo que salir el propio alcalde a decir que no era así...», relata a LA RAZÓN Juan José Echeverría, concejal del ayuntamiento de Pamplona por UPN.

Y así valora el concejal estas noticias: «Es una pequeña bomba de relojería en una encuesta global. La primera parte de esa encuesta la hicimos gobernando nosotros. Saber el impacto económico, cómo se lo toma la gente es interesante, pero sin necesidad de poner en cuestión la religión, que es San Fermín, o los propios toros, que son el motor de nuestra fiesta. Cuando se hacen esas preguntas es porque hay otra intencionalidad. Es como si en Valencia cuestionaran quemar los ninots o hacerlos. ¿Qué serían de las Fallas entonces?», cuenta Echeverría.

Segunda plaza más grande de España

Para centrarnos un poco, la plaza de toros de Pamplona es la segunda más grande de España después de Las Ventas con un aforo de 19.720 espectadores. Su feria cuenta con un abonado fuera de lo común y se llena todos los días sin excepción, y no solo eso, la reventa funciona porque hay demanda. Da igual el cartel. A los toros se va en San Fermín. Además de eso, los sanfermines giran en torno al toro. Desde por la mañana a la noche. Los conocidísimos encierros matinales a los que vienen corredores de todas partes del mundo, en su literalidad. Las vaquillas de después, los concursos de saltos, recortes o anillas. La visita a los Corrales del Gas, donde están los toros de las distintas ganaderías que se lidiarán después, los encierrillos infantiles, el mágico encierro de la noche y por supuesto las corridas de toros que rozan la épica cada tarde dado el enorme tamaño de los astados y el desafío que supone que se hayan corrido por la mañana. Pero hay una cosa más, la plaza de toros de Pamplona es propiedad de la Casa de la Misericordia, que es la gestora de una gran residencia de ancianos. Es decir, no es una empresa privada que la explota, sino que tiene una función social de elevada importancia. Por todo Pamplona es única, a pesar de Bildu.