San Isidro

Gómez del Pilar: duelo de fiera a fiera con un «Calentito» de Escolar

El diestro corta un importante trofeo con el quinto de la tarde en la corrida de José Escolar en la Feria de San Isidro de Las Ventas

El diestro Gómez del Pilar
El diestro Gómez del PilarAlfredo ArévaloPlaza1

La de José Escolar venía a ponernos la verdad y el miedo en todo lo alto más o menos a la vez que nos quitaba el oxígeno (cada vez menos) que nos va quedando a estas alturas de San Isidro. Última semana de esta feria tan larga como estrambótica, dura y llena de vivencias y amigos. Escolar supone la intriga o el temor de unas arrancadas que no viajan a la muleta y quieren surcar el cuerpo, como vivimos con el primero de Esaú Fernández, y también la exageración de un torismo mal entendido. Esto no es cuestión del ganadero, sino de las etiquetas que nos matan. Lo vimos con algunos toros que no querían ir al caballo y se forzaba la suerte. Si algunas cosas las hace uno de Juan Pedro Domecq. Crucificado por los siglos de los siglos. El quinto toro, por ejemplo, fue el que tuvo carbón en la muleta. Tela. «Calentito» de nombre. Un carbón que Gómez del Pilar aguantó estoico y supo lidiar por abajo para imponer orden ante el huracán y amor propio cuando tuvo que aguantar el envite en la hora de la verdad, porque cuando el toro se arrancaba como una fiera, era un órdago a la grande. Tardó poco en apretar para dentro, lo mismo que Del Pilar en rechinar los dientes y tragar lo indecible. La faena bajó en rotundidad, pero todo tenía una importancia de altísimo nivel. El premio fue merecido, como la agradecida fiereza de «Calentito» que le dio el pasaporte para ese trofeo, tan sincero como pesado.

Lanceó bonito Gómez del Pilar al segundo. Luego fue un castigo estar delante de él. El toro no embestía solo se quitaba el engaño del medio con violencia, incierto y con pocas opciones. Era difícil ver el menor resquicio para meterle mano.

El segundo, prenda

Un prenda con un peligroso pitón diestro que le costaba un mundo desprenderse del cuerpo fue el primero. Solo ponerse al natural tenía mucha tela que cortar y estar dispuesto a lanzar la moneda aunque saliera cruz. El sevillano aceptó el desafío y hasta le robó unos cuantos naturales. Intentó volver al pitón del infierno, pero no se le había olvidado. Digno Esaú. El esfuerzo no era pequeño.

EL cuarto

El cuarto para como iba la tarde fue toro con condiciones porque se desplazaba y repetía en la muleta de Esaú, dentro de esos cánones de no entregarse por abajo y mantener la incertidumbre en el viaje. La faena de Fernández tuvo una primera parte más de poder a poder buscando el toreo fundamental, pero fue corto ese camino y optó por jugársela después por bernadinas y acabó la faena en tierra de nadie. No había sido ni una cosa ni la otra y nadie contento.

Lote de Miguel de Pablo

Pasaba por ahí sin entrega ninguna, pero con menos maldad el tercero. Era un tren el toro y con ese punto mirón que le creó desconfianza a Miguel de Pablo por no verlo nunca metido en la muleta y le superó. La cosa pasó discreta, como iba la tarde, y sin puntuar en el ámbito de las emociones. Difícil fue banderillear al sexto, con unos petacos de pitones, horror, y un trago para De Pablo, que no tenía en orden la cabeza y el corazón para ponerlo en las exigentes embestidas de este Escolar tan bruto como incierto. Alargó y se expuso a lo que acabó por ocurrir: una cogida.

Gómez del Pilar, una vez más, había puntuado alto. De fiera a fiera.

Ficha del festejo

Las Ventas. Vigésimo segunda de feria. Toros de José Escolar, bien presentados. El 1º, imposible por el derecho y de media arrancada por el zurdo; manso y peligroso; 2º, complicado; 3º, va y viene, se deja; 4º, repetidor; 5º, encastado y fiero; 6º, va y viene. Menos de tres cuartos.

Esaú Fernández, de tabaco y oro, media arriba, tres descabellos (silencio); estocada que hace guardia, cuatro descabellos (silencio) .

Gómez del Pilar, de de azul añil y oro, dos pinchazos, aviso, estocada (silencio); estocada corta y delantera (oreja)

Miguel de Pablo, de de azul marino y oro, pinchazo, estocada (silencio); pinchazo, casi entera, aviso (silencio).